El presidente de Ence Energía y Celulosas no maneja otro escenario de futuro para la fábrica pontevedresa que no sea Lourizán. "Queremos quedarnos en Pontevedra y que nos quieran" aseguraba ayer Juan Luis Arregui que no pierde de vista la nueva Ley de Costas que hoy supera su último trámite en el Congreso de los Diputados.

En el momento en el que se hizo con el control de Ence, Juan Luis Arregui, asumió un compromiso, según él mismo confesaba, que no era otro que "en un plazo de diez años nos pedirían en Pontevedra que nos quedásemos". Desde entonces han pasado siete años y ayer señalaba que "no tengo dudas de que hoy Pontevedra nos quiere más", un cambio que liga a las mejoras ambientales que se introdujeron en la factoría desde su llegada, lo que le permite presumir de tener una fábrica "limpia".

"Yo procedo de empresas de energías verdes, no podíamos ser unos contaminadores" evocaba el empresario vasco que confía en que los gallegos "que son buena gente y listos" valoren las mejoras y los beneficios mutuos que se pueden reportar si mantienen la actividad en Pontevedra y por extensión en Galicia.

El bosque gallego está en el punto de mira de Juan Luis Arregui que sitúa en este recurso el gran nicho de negocio de la comunidad autónoma. Por este motivo confía en conseguir la luz verde a la permanencia de Ence en Lourizán para echar a andar, cuanto antes, un ambicioso proyecto de explotación forestal, sostenible y rentable, que permita aprovechar el árbol y la biomasa con el fin de incrementar la producción de pasta de papel e incentivar la producción de energía.

Bosque único

De acuerdo con el análisis que hace Ence, Galicia tiene "el mejor bosque de Europa" y el "mejor bosque del mundo en la relación crecimiento-mercado" por lo que una explotación dirigida le permitiría ser competencia directa con Brasil, país en el que el crecimiento de los árboles (la producción de madera) es más rápido pero cuya distancia encarece la materia prima.

El interés de Arregui en este terreno es tal que le lleva a asegurar que "el tema del bosque lo voy a monitorizar yo".

En cualquier caso, puntualizaba ayer el presidente de la compañía Ence, las inversiones están supeditadas a tener despejada la incertidumbre que pesa sobre el 2018, año en el que en principio finaliza la concesión estatal sobre la que se asienta su fábrica en las marismas de Lourizán.