El centro lúdico-deportivo de A Parda parece estar gafado. A los múltiples problemas que ha protagonizado desde sus mismos inicios, hace una década, y que han impedido disponer de esas instalaciones, se suma ahora un nuevo problema, aparentemente sencillo pero que provocará nuevos retrasos en el concurso ideado por el Concello para aprovechar los terrenos próximos a la estación del tren. Se trata de la necesidad de disponer de un plan urbanístico propio en el que se defina su ámbito y sus usos, según admitió ayer el concejal de Deportes, Agustín Fernández.

Los técnicos municipales han aconsejado redactar un estudio de detalle que, según el edil "es más una precaución" ante posibles alegaciones al concurso para licitar conjuntamente la gestión de las piscinas de Campolongo y la ejecución y explotación del centro de A Parda. De hecho, este proceso ya se encontró hace unos meses con la oposición de los empresarios de gimnasios, alegación que ha impedido hasta ahora avanzar en el proceso. Agustín Fernández asegura que "este mes" podría estar disponible la documentación para convocar el concurso, si bien admite que la nueva documentación en marcha impide precisar un calendario concreto.

Ese concurso se basa en la propuesta que en su día presentó la empresa Serviocio. El recinto de A Parda sería más modesto que el original, ya que de los tres millones iniciales se pasaría a poco más de uno y está previsto derribar la mayor parte de las obras ya realizadas. Serviocio es la concesionaria, con una prórroga desde julio, de las piscinas de Campolongo, en funcionamiento desde hace dos décadas y que necesita una profunda remodelación. Se ofrece a invertir en ambas instalaciones unos cinco millones de euros, especialmente en esas piscinas.

Aquel estudio de viabilidad preveía una inversión privada de 4,8 millones de euros en las dos infraestructuras (alrededor de tres en Campolongo y el resto en A Parda) y una concesión a 40 años. A cambio de esa inversión la empresa pretendía ser eximida del pago del canon anual.