El Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) no para de crecer desde que comenzó la crisis económica. Si en 2009 los 14 municipios del entorno de Pontevedra contabilizaban 28.148 personas oriundas de esos concellos empadronadas fuera de España, cuatro años después la cifra se ha disparado hasta los 34.714 ciudadanos, es decir, un 23,3% más que entonces, lo que supone una "sangría" de 1.641 "bajas" cada año en una población local que ronda los 190.000 habitantes.

Así se pone de manifiesto en la última actualización de este padrón realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), dada a conocer ayer y que ofrece los datos al 1 de enero de 2013. Aunque no todos los pontevedreses empadronados en el extranjero son víctimas de la emigración forzada por la crisis económica (el INE aclara que el 59,1% de sus integrantes ya nació en el país de residencia), si es cierto que este fenómeno es cada vez más acusado y detrás de este notable aumento del PERE está el intento de buscar en otro país una oportunidad que no se encuentra en Galicia.

Aunque el incremento se produce en todos los municipios de la comarca, hay algunos casos especialmente llamativos, entre ellos el de la propia capital. Pontevedra concentra casi la mitad de todas las personas que en estos cuatro años se han empadronado en otros países, con 3.115 de los 6.566 de toda la comarca, lo que supone un crecimiento en términos absolutos de 779 personas al año, algo más de dos al día, jornada tras jornada. Así, frente a los 11.034 oriundos de la capital inscritos en el PERE en 2009, ahora ya son 14.149, un 28,2% más, lo que supone uno de los porcentajes de aumento más altos de los 14 concellos del entorno. En este apartado, la ciudad del Lérez solo se ve superada por Cotobade y Ponte Caldelas. En el caso cotobadense, en apenas cuatro años se ha pasado de 1.249 residentes en el extranjero a más de 1.740, lo que supone un impresionante crecimiento del 40%. En un municipio de apenas 4.400 personas, cada año optaron por la emigración más de 125. Por su parte en Ponte Caldelas el aumento en este periodo 2009-2013 fue del 34,8%, también muy destacado para un censo local de menos de 5.800 vecinos. Los 1.801 residentes en el extranjero de hace cuatro años se han disparado a casi 2.450. En este caso la pérdida fue de más de trece personas al mes durante 48 meses consecutivos.

Otro dato llamativo de este padrón del INE se produce en A Lama y Campo Lameiro, dos municipios del interior (al igual que Cotobade y Ponte Caldelas) donde la emigración está muy arraigada desde hace décadas, especialmente en A Lama, donde no hay vecino sin algún familiar en México. De hecho, este concello de 2.918 habitantes locales acumula una cifra muy parecida (2.067) de oriundos en el extranjero, la inmensa mayoría en este país americano. En los últimos cuatro años ese número creció en un 24,1%, mientras que el aumento en Campo Lameiro fue más suave, del 11%, con 1.055 residentes en otros países frente a los 2.009 que engrosan en censo local.

Entre los municipios donde se registra un aumento porcentual destacado (entre el 15 y el 20% aproximadamente) aparecen Marín (con 1.913, un 21,5 más que en 2009), Vilaboa (716 residentes en el extranjero, con un aumento del 21,3%), Portas, donde creció el PERE un 18,4% para llegar a 739, Caldas (los 1.745 que ahora viven en otros países son un 16,8 más que en 2009), Sanxenxo, con un aumento del 15,5% y 2.917 oriundos, y Poio, donde la subida fue del 15% y acumula 1.940 residentes en el extranjero.