Los tres sindicatos mayoritarios protagonizaron ayer, con motivo del Día da Clase Obreira Galega, dos movilizaciones que recorrieron el centro de la ciudad para mostrar el rechazo a la reforma laboral y exigir un "giro radical" en las políticas sociales y económicas que se impulsan desde el Gobierno Central. Ninguna de las dos marchas logró la afluencia esperada y apenas se reunió medio millar de asistentes.

Bajo el lema "Seis millones de razones", la marcha convocada por CC OO y UGT partió desde la plaza de A Ferrería y, tras recorrer varias calles del centro, concluyó frente a la Subdelegación del Gobierno. Por su parte, "Contra a pobreza e a explotación. Salvemos os nosos convenios", los asistentes convocados por la CIG partieron a la misma hora desde la plaza de la Peregrina y, tras hacer un recorrido alternativo, finalizaron el acto en la plaza del Teucro.

"Lo que hizo la reforma laboral ha sido agudizar el desempleo. Dijeron que se hacía para crear puestos de trabajo y llegamos ya a los seis millones de parados", lamentó el secretario comarcal de CC OO, José Luis García Pedrosa, quien subrayó que estos resultados ponen de manifiesto que "más que para favorecer a las empresas que tenían dificultad económica, como dijo el Partido Popular, esta reforma ha propiciado la destrucción de empleo estable".

"En Pontevedra tenemos los ejemplos recientes de Celtic Estores y el caso más grave de Ence. Es indecente que la legislación laboral permita que una empresa que acaba de presentar 43 millones de beneficios plantee el despido de 144 trabajadores, 39 de ellos en Pontevedra", concluyó el sindicalista.

Por su parte, el secretario Comarcal de UGT, Moncho Vidal, exigió al Gobierno que "busque soluciones eficaces, no como esta reforma laboral que sólo produce despidos". Marcos Conde, de CIG-Metal, denunció el "ataque de las políticas que llegan desde Europa" y reivindicó "una soberanía propia que nos permita tomar decisiones y no depender de organismos que no son democráticos, que no fueron elegidos por nosotros". "Nos están imponiendo de forma dictatorial estas medidas de recortes", añadió.

Por último, los responsables sindicales achacaron al mal tiempo la baja participación con respecto a otras movilizaciones. "El domingo es un día que mucha gente viene con la familia, pero estamos en alerta amarilla meteorológica", explicó Conde. Por su parte, Pedrosa reconoció que esta convocatoria "llegaba un poco tarde" y que "se tendría que haber realizado hace más de 15 días". "A veces no conectamos con el punto de indignación", admitió.