La incertidumbre se mantendrá una semana más. No será finalmente hasta el próximo seis de marzo cuando la dirección de Ence dé a conocer a los representantes de las plantillas de sus distintos centros el expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo con el que pretende poner en la calle a 144 trabajadores del grupo en aras de compensar las "previsibles pérdidas" de ingresos que tendrán en el 2013 "como consecuencia de los cambios regulatorios que afectan a las renovables (reales decretos 15/2012 y 2/2013)".

La dirección de Recursos Humanos de la compañía se reunió ayer, en Madrid, con representantes de las plantillas de las fábricas de Pontevedra, Navia (Asturias) y Huelva para plantearles, sin éxito, la inclusión del pretendido ERE en la negociación del que será el primer convenio marco del grupo. Hasta ahora cada centro tenía, a pesar de la existencia de importantes similitudes, un escenario propio de relaciones laborales.

"Esperábamos que nos presentaran el expediente (ERE) completo, con el listado de puestos de trabajo afectados pero solo nos mostraron el informe económico que recoge los supuestos resultados negativos que habrá este año y que nosotros ponemos en duda" explicaba al salir del encuentro el delegado de CIG y presidente del comité de la fábrica de Lourizán, Suso Graña, quien en cualquier caso se niega a aceptar "futuribles" como base para justificar y dar curso a más de un centenar de despidos, máxime cuando Ence acaba de publicitar un balance económico del año 2012 que arroja 43 millones de euros de beneficios.

"Estudiaremos en detalle el expediente de regulación de empleo cuando nos lo entreguen" añadía Suso Graña, que se sentará en la mesa negociadora con la autorización de la plantilla de la fábrica de Lourizán para decidir y convocar movilizaciones si es preciso. De entrada se oponen a que haya rescisiones laborales.

"La estrategia de la empresa es intentar meter el ERE en el convenio" explicaba ayer el presidente del comité de Ence-Pontevedra, que considera "inasumible" la propuesta al entender que es "como sentarse a negociar con una pistola encima de la mesa".

Ence Energía y Celulosa insiste en que van a tener una "fuerte caída" en sus ingresos por la venta de energía eléctrica generada a partir de biomasa, lo que además pondrá en entredicho su actual modelo industrial.

"Las empresas deben afrontar los cambios de reglas del presente para construir y garantizar su futuro" señala el director del Centro de Operaciones (fábrica) de Pontevedra, Antonio Casal, veinticuatro horas antes de la reunión, cuando expresaba su confianza en la capacidad de los agentes sociales para alcanzar un acuerdo de consenso.