Ha llegado la hora de la verdad. El titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra emitirá hoy un auto con el que o bien sancionará el plan de viabilidad de Factoría Naval que está en marcha o bien dará entrada a una administración concursal (por segunda vez en apenas veinte meses) para que se ponga al frente de la empresa y evalúe si tiene salida o ha llegado el momento de finiquitarla.

Para conjurar la liquidación, la dirección y accionistas del astillero negoció hasta última hora (y aún negocia) un acuerdo marco a tres bandas –proveedores, entidades financieras y Xunta– para saldar y/o encarrilar deudas y sentar las bases de la reanudación de la actividad. Una actividad que se centraría en la reparación de buques y que, por lo menos en un primer momento, estaría garantizada por firmas auxiliares de la comarca y la provincia que se "comprometen" a llevar sus barcos a las instalaciones del Factoría y a "hacer de comerciales" para atraer pedidos, según explica el portavoz de la plataforma de proveedores y gerente de Nodosa, Rafael Outeiral.

Este acuerdo marco, firmado por todas las partes, es uno de los requisitos fundamentales que exige el titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra para dar una oportunidad a Factoría, pues según explicaron fuentes empresariales "las declaraciones de intenciones si no van acompañadas de compromisos concretos no son aval suficiente para hablar de solvencia".

En este contexto negociador proveedores y trabajadores dirigen también su mirada hacia la Consellería de Economía e Industria dado que, desde un primer momento cuando estalló la crisis en el 2010, se implicó directamente para tratar de reflotar el astillero y "salvar" de la debacle a la industria auxiliar que lo rodea. No hay que olvidar que en época de bonanza, Factoría Naval daba trabajo a 300 empresas y a un millar de operarios, la mayoría de la provincia.

La consellería, a través del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) y Xesgalicia (la firma de capital riesgo de la Xunta) inyectó más de 22 millones de euros en el astillero marinense y tiene en sus manos, entre otras cosas, el preacuerdo alcanzado entre los proveedores y la dirección empresarial para saldar la deuda pendiente. Un preacuerdo que conlleva la aceptación de una quita (renuncia) de 2,7 millones de euros por parte de los acreedores a cambio de cobrar de inmediato el resto del dinero pendiente: 9,2 millones. De ellos 6,5 tendrían que ser desembolsados por la Xunta ya que la administración avala el 70% de los pagarés que están en poder de los proveedores y que tienen el 30 de diciembre de 2012 como fecha de vencimiento.

Por otra parte, fuentes empresariales apuntan que las entidades financieras (Novagalicia Banco y Bankia) estarían dispuestas a entrar en el acuerdo marco como "mal menor" ya que, hoy por hoy, tienen deudas y patrimonio inmovilizado en Factoría Naval.

Industria luchará para que supere la suspensión de pagos

Mantiene sus "dudas" sobre el proyecto de futuro que ha puesto sobre la mesa la empresa pero aún así fuentes de la Consellería de Economía e Industria confirmaban ayer que "seguimos trabajando" con las entidades financieras y los accionistas "para encontrar soluciones que permitan (a Factoría) salir del concurso lo antes posible" y que garanticen la viabilidad del astillero "sobre la base de un plan de negociado adecuado".

Industria da por hecho que el auto del Juzgado de lo Mercantil número 1 declarará el concurso de acreedores (antes suspensión de pagos) al entender que quedan "flecos" en el aire que no permiten "aún" firmar el gran acuerdo marco pero entiende que es un objetivo plausible.

Los trabajadores esperan noticias de la dirección

La mermada plantilla de Factoría Naval –un ERE extintivo puso en la calle a 34 trabajadores el pasado mes de enero– espera con inquietud noticias de la dirección de la empresa que arrojen luz a su futuro laboral.

"Nos piden apoyo pero no nos dicen para qué" apuntaba ayer el presidente del comité, Nicolás Pérez, quien reclama información, cuando menos de las líneas generales, del plan de futuro que dice Factoría tener en marcha.

Sin carga de trabajo a la vista, el portavoz del personal afirma que las instalaciones están listas para subir barcos a reparar "hoy mismo".