Aunque por motivos diferentes y con propuestas distintas, los concellos de Pontevedra y Marín coincidieron ayer en la necesidad de reclamar para el que es el principal motor económico de los dos concellos, el puerto, el desarrollo de un área logística empresarial que permita dar cabida a empresas cuya actividad esté ligada a los tráficos portuarios. Lo hacen después de que una nueva sentencia del TSXG vuelva a poner de manifiesto la inseguridad jurídica en la que se encuentran algunas de las empresas radicadas en terrenos de la propia rada, en este caso ordenando la demolición de la nave de la firma de congelados Cabomar, antiguamente conocida como Tradepana. Una sentencia en la que se pone de manifiesto la afección que puede tener la sentencia del Tribunal Supremo de octubre de 30 de octubre de 2009 que anula el Plan Especial del Puerto de Marín sobre muchas de las actividades que se desarrollan en el puerto.

Aunque desde el Concello de Marín, su alcaldesa, María Ramallo, confía plenamente que tanto la situación de Cabomar como la del conjunto del puerto puede ser todavía regularizada, desde el Concello de Pontevedra, su teniente de alcalde, Antón Louro, ligó de forma íntima la necesidad de un área logística portuaria a la situación de inseguridad jurídica creada por este aluvión de fallos judiciales. Así, Louro señaló que ante la nueva sentencia del TSXG que ordena el derribo de la nave de la antigua "Tradepana", el gobierno local pontevedrés "aboga por una solución de futuro para las necesidades logísticas del recinto portuario". Sin entrar en valoraciones "sobre la deficiente tramitación del Plan Especial del Puerto y la cascada de sentencias que se está produciendo, lo relevante es que se necesita con urgencia la construcción de un puerto seco en un radio máximo de 10 kilómetros y bien comunicado por carretera y ferrocarril".

El Concello pontevedrés cree ofrece "la mejor opción posible" para este área empresarial en la zona de Leborei, en la parroquia de Cerponzóns, con una disposición de superficie de casi medio millón de metros cuadrados ampliables. Para Louro, a día de hoy "nadie puso sobre la mesa un emplazamiento mejor" por lo que asegura que "si la Xunta y la Autoridad Portuaria quieren trabajar seriamente para resolver este tema encontrarán en la Concejalía de Urbanismo y en el Concello de Pontevedra la máxima colaboración".

Desde Marín la alcaldesa María Ramallo se manifestó en todo momento desde el convencimiento de que la última sentencia que afecta a Cabomar no obligará a esta empresa ni a otras a moverse del puerto de Marín. No obstante, sí que comparte con Pontevedra como algo "evidente" la necesidad de contar con una zona logística para el puerto. Hasta este momento, históricamente Marín albergó a buena parte de las empresas que tenían relación con la actividad portuaria en los terrenos de la propia rada y el espacio no es ilimitado: "Aunque es cierto que no estamos en tiempos en los que las empresas estén apostando por grandes proyectos de futuro, sí es cierto que esta carencia de suelo empresarial hace que lo que nos corresponda sea buscar alguna zona alternativa que dé servicio al Puerto", explica Ramallo.

El concello marinense plantea desde hace tiempo dos espacios para esta posible área logística portuaria como son Monte Pituco (entre Marín y Pontevedra) y Pastoriza (entre Marín y Moaña). Ambos figuran en el Plan Sectorial de Ordenación de Áreas Empresariales de Galicia pero con una puntuación muy baja que los convierte en polígonos "inviables". Un plan que deja a Marín y a O Morrazo casi sin la posibilidad de desarrollar un solo metro de suelo industrial. Ramallo explicó que el Concello de Marín ya ha formulado alegaciones para definir y delimitar mejor estos parques (sobre todo en el caso Marín-Moaña) de tal forma que se reconsidere esta baja calificación y se conviertan en proyectos viables. El Concello de Pontevedra también alegó pidiendo la inclusión en este plan Sectorial del parque de Leborei y que se retire la posibilidad de desarrollar un área logístico en Tomeza así como la de Monte Pituco.