Los incendios que han asolado la comarca en los últimos días son una consecuencia de que "hace muchos años se tomó una decisión sobre el tratamiento del monte que multiplica el efecto del riesgo de incendios, una decisión vinculada a Ence", afirmó el concejal de Ordenación do Territorio, César Mosquera. "O se emprende una política forestal seria o este problema se va a estar reproduciendo continuamente", añadió el nacionalista.

Para el gobierno local el origen del conflicto radica en que casi todo el terreno forestal en la zona de Rías Baixas se ha destinado a la producción en monocultivo de eucalipto, especie invasiva y pirófita (resistente al fuego), que actúa "como un detonante" de incendios forestales, explicó el edil.

Por otra parte, el gobierno local denuncia la falta de políticas preventivas del actual gobierno de la Xunta de Galicia. "Este año las políticas de prevención han estado bajo mínimos", afirmó Mosquera, quien también acusó al ejecutivo autonómico actual de "intentar ocultar los datos y hacer, en definitiva, todo lo contrario de lo que se debería haber hecho".

Provocados

Los vecinos de Campañó han denunciado que los incendios del pasado fin de semana en esta parroquia han sido "provocados y calculados", ya que se originaron en varios puntos de forma consecutiva, a lo largo de la carretera que comunica esta parroquia con Poio, se iniciaron a partir de la 1.30 de la noche y en zonas que no habían sufrido incendios en los años precedentes.

Para el BNG, el gobierno de la Xunta "elude sus responsabilidades" en esta materia, además de practicar "una clara falta de transparencia y de información sobre lo que está ocurriendo en nuestros montes" y sobre la superficie quemada. Los nacionalistas critican que el actual gobierno de la Xunta sigue apoyando una política forestal "suicida" como es plantación de especies de crecimiento rápido para pasta de papel. Critica, además, que el gobierno autonómico está fallando en las medidas concretas para combatir los fuegos, como las tareas de prevención, "que están claramente abandonadas", o las labores de extinción, donde "está habiendo denuncias reiteradas por parte de particulares e incluso por instituciones del Estado, que ponen de manifiesto que hay una escasez absoluta de medios humanos para combatir el fuego".

El municipio de Pontevedra tiene 7.000 hectáreas de superficie forestal, de las que unas 5.000 hectáreas estaban arboladas. La mayor parte de esta masa forestal, unas 4.000 hectáreas, se perdió con los incendios de 2006. El ayuntamiento se propuso recuperar la totalidad del terreno con el plan "Monte Vivo" presupuestado en 1,5 millones de euros a desarrollar en varias campañas.

Las propuestas forestales presentadas por doce comunidades de montes del municipio (pertenecientes a once parroquias), para reordenar sus terrenos y, sobre todo, eliminar el eucalipto, suman un total de 1.107 hectáreas. De hecho, tres parroquias concentran el 53% de toda la superficie forestal a tratar. Son Santa María de Xeve (208 hectáreas), Marcón (170) y Verducido (165). Se estima que el 80% de la superficie arbolada del concello estaba dominada por el eucalipto y las 1.017 hectáreas donde se actuará suponen al menos el 40% del monte que ahora cuenta con este árbol de crecimiento rápido.

La reordenación del monte tiene un objetivo común: eliminar el eucalipto, pero el tratamiento que se otorgue después a esos terrenos es variable. Se plantean tres modalidades: realizar plantaciones de especies frondosas (sobre todo carballo y castaño), para lo que se reservan 533 hectáreas. Otra opción es plantar coníferas (sobre todo pino de Oregón), con 325 hectáreas; y por último, los comuneros apunta a tareas de "limpieza y eliminación de eucalipto y mimosa" en 158 hectáreas más.