El presidente del PP de Poio y candidato a las próximas municipales intentaba ayer justificar la presencia de pancartas con mensajes electorales durante la celebración de una misa el pasado domingo. Javier Domínguez explica los hechos asegurando que la ceremonia, en recuerdo a los miembros ya fallecidos, formaba parte de un acto de confraternización del partido que también se celebró en la capilla. También insiste en que el templo en la que se ofició solo se abre bajo petición y considera “malintencionada” la imagen en la que se puede observar al Padre Juan en un altar donde había varios carteles pidiendo el “cambio” de gobierno en el municipio, incluso en el púlpito. “Toda la cartelería estaba preparada para el acto de después”, dice.

-¿A qué se debe la presencia de pancartas con mensajes electorales durante el transcurso de una misa en el monasterio?

-La imagen está sacada de contexto y obtenida desde el fondo de forma intencionada. Desde más cerca el resultado sería otro. Además, no fue en la iglesia del monasterio, sino en la hospedería, en una capilla particular que está cerrada todo el año y la pedimos para hacer ese acto. Hicimos una misa en recuerdo a los fallecidos del Partido Popular de Poio. A continuación de la misa se hizo un pequeño homenaje a los ex miembros del PP, de las juntas directivas y de las listas electorales. Teníamos la cartelería preparada en los lados de la iglesia. Pero con una foto desde el fondo, claro, sale esa cartelería. Una vez que acabó la misa se juntaron los carteles y se pusieron en el centro. Creo que se han sacado las cosas de quicio. En esa misa la gente estaba invitada personalmente por mí. Eran los miembros de la actual y las anteriores juntas directivas. Además, la misa oficial del monasterio se realizaba al mismo tiempo, a las 12.00. Lo nuestro era un acto privado en una capilla privada de la hospedería del monasterio de Poio.

-¿Son habituales estas ceremonias en el PP de Poio?

-En la romería popular que hacemos en el Monte Castrove también tenemos una misa antes de comenzar. Esta vez decidimos hacer la misa en una capilla privada. La misa era para gente del PP, no había gente de fuera. Sobre todo, en recuerdo a los fallecidos y a los ex miembros.

-Entonces, no es la primera vez que el partido luce sus lemas en una ceremonia religiosa.

-Es que las pancartas no estaban alrededor. Eran dos pancartas que estaban en los laterales, pegadas a las paredes. Estaban preparadas para que, una vez que acabase la misa, se juntasen en el centro de la capilla. Si se hace una foto desde el fondo se ven esas dos pancartas, pero si se hace desde más cerca, solo se vería al cura. Pero creo que esa foto fue malintencionada. Repito, esa cartelería estaba ahí preparada para el acto de después.

-¿El cura no puso ninguna pega?

-Insisto en que las pancartas estaban en los laterales preparadas para el acto siguiente. Él no consideró lo que vosotros considerásteis. Era un acto particular al que estaban invitadas 100 personas del PP en una capilla particular que se abrió ‘ex profeso’ para ese acto. No era una misa dominical ni nada. Era un acto particular del PP que se realizó en una capilla que está todo el año cerrada. No es como si lo hiciésemos en la iglesia del monasterio.

-Pero entenderá que la imagen de los carteles del PP compartiendo espacio en un altar con el cura y el crucifijo puede afianzar el pensamiento de quienes ven colaboraciones políticas entre su formación y algunos sectores de la Iglesia.

-No hay que hacer más de lo que hay... Repito que esto era una capilla particular. Es como si yo en mi casa tengo una capilla particular y monto un acto. No es en una capilla abierta a todo el público. Solo se abrió para este acto. No se nos iba a ocurrir a hacer este acto en la iglesia del monasterio.