La familia de Sonia Iglesias Eirín, desaparecida el 18 de agosto en Pontevedra, sigue confiando plenamente en la labor de la Policía Nacional para averiguar su paradero, aunque no descarta adoptar otras medidas, como recurrir a detectives privados, si en el plazo de seis a doce meses los agentes no logran averiguar "qué pasó, dónde está o quién se la llevó, si es que se la llevó alguien". Así, la familia baraja la contratación de detectives privados, si bien por el momento, sus padres y hermana se encuentran "en la fase de esperar a que la Policía resuelva", según ha explicado, en una entrevista concedida a Europa Press, la hermana de Sonia Iglesias, María del Carmen Iglesias.

Aunque mantienen contactos periódicos con los agentes que llevan el caso, no son partícipes de las novedades que pueda estar deparando el trabajo policial. "La investigación es secreta y no nos dicen nada, sólo que siguen en ello y que tienen todos los medios a su disposición", ha señalado la hermana de Sonia Iglesias. Los familiares se aferran al compromiso de la Policía, para lo que se basan en que "los inspectores de la unidad de desaparecidos siguen en Pontevedra y el helicóptero sigue dando vueltas".

De todos modos, la familia Iglesias Eirín mantiene su interés en desplazarse a la Moncloa para reunirse con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Ya mantuvieron encuentros con el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro; el subdelegado en Pontevedra, Delfín Fernández; y el alcalde de la ciudad, Miguel Fernández Lores. El objetivo de estas entrevistas es pedirles "que se mantengan los efectivos y no disminuya el ritmo de trabajo, que es lo que nos da ánimo y esperanza".

Hoy se cumplen 50 días de la desaparición de Sonia Iglesias, coincidiendo además con su 38 cumpleaños. Aunque no tienen nada programado, la familia se reunirá en el hogar paterno en Monte Porreiro. "Es un mes muy jorobado", lamentó su hermana, al recordar también que este próximo jueves día 14 el hijo de Sonia Iglesias cumplirá 9 años.

En declaraciones a Europa Press, María del Carmen Iglesias reconoció, sin poder contener la emoción, que "lo peor sería que no apareciese y nunca más se supiera nada". En este sentido, asumió que, si se produjera un desenlace luctuoso "al menos sería un final, porque de la otra manera no hay final".

"Lo único que podemos hacer es esperar y confiar en que la policía la encuentre", añadió con resignación. Su principal mensaje a la ciudadanía en los últimos 50 días es siempre para pedir que "si alguien sabe algo, por insignificante o absurdo que parezca, que llame a la Policía para intentar que esto se solucione y la encuentren". María del Carmen Iglesias se ha mostrado comprensiva con la labor policial y el sigilo que rodea las investigaciones, argumentando que "no es fácil encontrar al posible o posibles culpables en un caso tan raro, difícil e inexplicable, que necesita su tiempo".

En cuanto al compañero sentimental de Sonia Iglesias y padre de su hijo, María del Carmen Iglesias sostuvo que "ellos tenían una relación de pareja normal" y "nunca" presenciaron "nada anormal", por lo que la familia sigue descartando que éste pudiera estar relacionado con su desaparición, argumentando que "si alguien lo sabe será la Policía". Mantienen trato directo con él porque se ven y hablan "para quedar con el niño", ha comentado la hermana, quien respeta "su decisión" de estar al margen de las movilizaciones y los medios "porque no le apetece o no se verá con fuerza", indicó.

En cuanto a los rumores sobre el posible paradero de su hermana, María del Carmen Iglesias ha manifestado que "no aportan ningún beneficio y hacen daño". "Pero como no se sabe de dónde surgen, no se puede hacer nada", ha lamentado.

A pesar de esos comentarios puntuales, la familia de Sonia Iglesias incide en el agradecimiento a los vecinos, amigos, compañeros y ciudadanos que se sumaron a las concentraciones de apoyo y enviaron una cantidad de mensajes cuya cantidad y contenido dijo que prefiere "no saber, porque supone volver a la herida continuamente".

Precisamente, fue el estado de salud de sus padres lo que llevó, según María del Carmen Iglesias, a suspender las movilizaciones. "Sobre todo por mi madre, porque era muy duro para ella y cada vez estaba más hundida". Aún así, los familiares siguen percibiendo el apoyo social ante "personas que, incluso sin conocerte de nada, se acercan para dar ánimo".