La compañía "Gas Natural Fenosa" comenzó a soterrar el cableado del casco histórico de Pontevedra, dando así cumplimiento a los acuerdos obtenidos con la alcaldesa en funciones y concejala delegada de este ámbito, Teresa Casal. La primera fase de estas obras comenzó ayer por la Rúa Real y continuará a lo largo de los próximos dos años.

La compañía suministradora retirará antes de que concluya este año 2010 más de dos kilómetros de cables, que ahora están grapados a las fachadas de los diferentes edificios de la zona monumental, o cruzando por los aires entre los edificios. Esta actuación abarca los tendidos de las calles Real, Isabel II, Padre Luis, San Román y Manuel Quiroga.

El soterramiento resulta posible toda vez que el Concello ya dejó instalados los tubos subterráneos necesarios, durante las obras de renovación realizadas en estas calles durante los últimos dos años. Precisamente esta circunstancia fue esgrimida por Teresa Casal durante las conversas con los responsables de la compañía suministradora, como argumento para advertirles de su intención de aplicarles contribuciones especiales en las obras a realizar en el futuro. Finalmente, el acuerdo conseguido, "satisfactorio para ambas partes", afirmó Casal, evitó esta medida recaudatoria legal.

Acometidas

Teresa Casal destacó la importancia de esta mejora, que afecta directamente a unos 200 vecinos, puesto que el número de acometidas derivadas directamente de las líneas que ahora se entierran llega a los 110 y varias de ellas abastecen a varios abonados.

La alcaldesa en funciones subrayó que se trata de un avance estético, pero también en el servicio eléctrico que se presta en el casco histórico, dado que la renovación del cableado implicará una mayor calidad. En el marco de este acuerdo, el ayuntamiento facilitará la instalación de transformadores enterrados en las zonas del recinto monumental donde es preciso reforzar la tensión a causa de haberse producido crecimientos de población en los últimos años. Teresa Casal destacó que el Concello aceptó construir un "cajón de hormigón" en los casos en que la situación del transformador coincida con calles en obras, como ya fue el caso en la avenida de Santa María.

En los dos próximos años, la suministradora deberá enterrar también las instalaciones eléctricas en las calles de Churruchaos, Alhóndiga, Bastida, Amargura, Avenida de Santa María, plaza de Alonso Fonseca, San Sebastián, Chariño, Don Filiberto, Princesa, Alta, Violiña, Maceda y Enfesta de San Telmo.