El complejo entramado administrativo que enmarañaba el proyecto de reforma de la avenida de Marín comienza a desenredarse. Si hace unos días Costas autorizaba la ejecución de buenas parte de las obras salvo en la franja marítima, la Consellería de Medio Ambiente acaba de comunicar ahora al concello que el proyecto no necesita una evaluación ambiental estratégica. Este informe autonómico favorable era el que aguardaba el gobierno local desde el pasado verano para poder tramitar ante Costas la solicitud de concesión de terrenos marítimo-terrestres en los que instalar una pasarela peatonal por la fachada litoral.

Aunque este informe de la Xunta se dictó el pasado 22 de febrero, no se conoció su contenido hasta ayer, según admitió el concejal de Mobilidade Luis Bará. Además, fue una comunicación telefónica, porque el documento fue remitido desde Santiago, por error, a Vigo. Al margen de esta anécdota, la llegada de esa autorización ha coincidido con una nueva aceleración del ritmo de las obras, que será aún más evidente a partir del 6 de abril, tras la Semana Santa.

El calendario de actuación desde entonces establece el cierre por completo al tráfico de los dos carriles de salida de la ciudad situados entre las rotondas de San Roque y Manuel del Palacio. La circulación será desviada por los dos carriles interiores (uno en cada sentido) para despejar así una amplia franja junto a la ría que quedará con preferencia peatonal y donde arrancará el paseo previsto a lo largo del litoral a lo largo de un kilómetro aproximadamente.

En todo caso, esta pasarela sobre la ría no se ejecutará al menos hasta junio, una vez que Costas otorgue la concesión de ocupación de esos terrenos. Hasta ahora, este departamento del Ministerio de Medio Ambiente ha otorgado una autorización para el resto del proyecto, que afecta en menor medida a los espacios marítimo-terrestres, lo que permitió hace unas semanas ocupar parte de los carriles interiores de la propia avenida de Marín.

La "humanización" de la avenida de Marín, desde As Corbaceiras hasta la rotonda de Malvar, se adjudicó hace unos meses por unos tres millones de euros y hasta las primeras obras en la propia carretera los trabajos se centraron en dos de sus calles perpendiculares: Licenciado Molina y Simón Bolívar, objeto de urbanización y mejora de servicios. En breve comenzará también a remodelarse la zona verde situada junto a la rotonda de Manuel del Palacio, un espacio ajardinado "encajonado" entre el asfalto y de muy poco uso.