Aunque fue el pasado viernes cuando un hombre de 30 años, con problemas de drogodependencia y armado con un cuchillo de 15 centímetros consiguió colarse en la Casa del Mar de Marín y amenazar a uno de los médicos, el personal sanitario sigue con el susto en el cuerpo.

A pesar de que el propio facultativo consiguió convencer al joven para que dejase el arma, apoyado por un enfermero y un médico “armados” con extintores, los profesionales exigen que se tomen medidas para evitar estas situaciones.

Los sanitarios reclaman la presencia de personal de seguridad en los centros de atención primaria para evitar situaciones como esta. “Nosotros estamos indefensos”, asegura Goreti Basallo, enfermera de la Casa del Mar de Marín. “No debería necesitarse la presencia de un guarda de seguridad, pero ves que se hace necesario”.

Casos como este no son algo aislado y el personal sanitario se enfrenta a situaciones en las que peligra su seguridad y a agresiones tanto verbales como físicas. “La gente está envalentonada, y nosotros nos sentimos vendidos”, asegura Rosa Abal, administrativa del mismo centro.

Además, la enfermera Goreti Basallo afirma que no sólo son personas con problemas de drogadicción o pertenecientes a familias desestructuradas los protagonistas de estas situaciones sino que “la gente normal se puede poner muy agresiva, y nosotros somos el primer filtro, donde todo el mundo se desahoga”, afirma la enfermera.

Los Pacs, los más expuestos

El riesgo a sufrir alguna agresión aumenta para aquellos profesionales sanitarios que trabajan en los Pacs en guardias nocturnas, a donde acuden las urgencias extrahospitalarias.

“Yo tengo miedo, de noche estamos totalmente desamparados”, afirma Goreti Basallo, con experiencia en el Pac de Marín y de Vilagarcía. “La gente no sabe lo que es una urgencia y si no te ajustas a lo que ellos quieren, se crea una situación tensa y te cuestionan”. En ocasiones, los problemas llegan a más. “En una guardia tuve que encerrarme en el baño con una médico”.

El personal de los Pacs reclama guardias de seguridad, presentes sólo en algunos de estos servicios. El resto, quedan a merced de todo tipo de personas violentas, dependiendo del trabajo de la policía que “acude, pero el primer filtro somos nosotros”, afirma Goreti.