Unas 80 personas, la mayoría trabajadores de Cespa, la empresa concesionaria de los servicios de recogida de basura en Pontevedra, Vilagarcía, Poio y Nigrán, se manifestaron ayer por las calles de Pontevedra para exigir la readmisión de un empleado despedido y la firma del convenio con los acuerdos que alcanzaron el verano pasado y que evitaron la huelga que estaba planteada para entonces.

La marcha de protesta se produce a nueve días de que se inicie una huelga indefinida en la recogida de basura en la ciudad del Lérez, convocada para el día 27 a partir de las seis de la mañana.

Juan Carlos Corredoira, presidente del comité de empresa de Cespa en Pontevedra, manifestó que los trabajadores siguen “abiertos a la negociación” y esperan que “a lo largo de esta semana se pueda solucionar el conflicto sin tener que llegar a la huelga”. No obstante, reconoció que “ante la actitud de la empresa parece que no vamos a conseguir nada y por desgracia haremos sufrir a los ciudadanos de Pontevedra una huelga de basuras”.

Corredoira aseguró que manifestación de ayer, que partió a la una del mediodía de la sede de Cespa en la calle Andrés Muruais y terminó en el Concello, “es una prueba de que no es cierto que la mayoría del personal esté en contra de la huelga”.

Sabotajes

Por otra parte, el presidente del comité de empresa de Pontevedra negó “rotundamente” que los trabajadores estén detrás de los últimos sabotajes denunciados por la empresa a camiones del servicio. De hecho, afirma que no le “extrañaría” que “fueran ellos los que los provocaron”. De hecho, Corredoira fue informado de los sabotajes mientras estaba participando en un congreso y uno de los camiones afectados es el que él utiliza habitualmente. “Pienso que la empresa igual lo saboteó para fastidiarme a mí”, dice.

Los trabajadores volvieron a denunciar falta de medios humanos y materiales. Por ejemplo, deficiencias en el mantenimiento de los camiones y el “mal olor” que desprenden, no por la basura del día sino por “falta de limpieza” incluso llegando a aparecer “bichos” en su interior. Esta fue la última movilización antes de la huelga.

Presencia de los comités de Vilagarcía, Poio y Nigrán

En la manifestación de ayer no sólo participaron trabajadores de Cespa en Pontevedra, sino que también se desplazó a la capital una nutrida representación de empleados de la firma en Vilagarcía, así como en Poio y Nigrán. De esta forma mostraban su solidaridad con el trabajador despedido y exigían su readmisión.

Corredoira aseguró que los comités de estos tres centros de trabajo no han decidido sumarse a la huelga pero que están estudiando también la posibilidad de poner en marcha algún tipo de movilización.