Los técnicos y operarios que llevarán a cabo en los próximos meses las obras de iluminación artística de la basílica de Santa María tendrán que trabajar “perfectamente identificados” como tales para evitar la posible presencia de intrusos o “personas extrañas” en el interior del templo durante esos trabajos. Así lo garantizó ayer el gobierno local al párroco de Santa María, Jaime Vaamonde, muy preocupado por estos posibles riesgos. La concejala del casco viejo, Teresa Casal y el propio párroco participaron ayer en una reunión para coordinar esta actuación, cita en la que también estuvo presente la empresa adjudicataria, Setga, el arquitecto municipal, y la presidenta de la asociación de vecinos, Pilar Señoráns.

Además de adoptar las oportunas medidas de seguridad, el concello garantiza que la instalación de este alumbrado artístico tampoco interferirá en la celebración de las actividades religiosas de la parroquia, especialmente intensas este año al festejar su particular Jacobeo y conmemorar el milenio de la parroquia. Con estas medidas se pretenden evitar casos como los ocurridos en años anteriores, cuando se registraron conflictos al respecto por las “molestias” que causaban las visitas turísticas guiadas.

En la reunión de ayer, junto a la concreción del modo de ejecución de los trabajos, Casal se comprometió a ejecutar un arreglo provisional del firme en la puerta norte de la basílica, la más cercana al Campillo. Según los responsables del templo, esa puerta resulta necesaria para determinadas actividades religiosas. Su acondicionamiento será temporal hasta ejecutar la reforma definitiva del entorno.

Próximo prueba de luz

La empresa adjudicataria, en presencia de técnicos de Patrimonio, va a realizar una prueba de todos los materiales. Esta prueba, prevista para finales de este mes, servirá para cerrar definitivamente los últimos detalles del proyecto, que ronda los 500.000 euros y se financia con el Fondo Estatal de Inversión Local.

El comienzo de las obras se considera “inmediato” y su plazo de ejecución es de cuatro meses. Esta iluminación, que se extenderá también a la plaza de Alonso de Fonseca, se considera un proyecto “pionero” tanto por los materiales como por la eficacia energética. Se reemplazarán los focos actuales, demasiado visibles, por cerca de cien puntos de luz más pequeños, en su mayoría tipo led, con tres formados: proyectores, perfiles y bandas flexibles, muchos de ellos de reducido tamaño, ideales para no afectar a la arquitectura.