La amenaza de huelga en servicio de basuras, que los trabajadores han convocada a partir del próximo día 20, provocó ayer un enfrentamiento entre el gobierno local y la oposición, que ofrecen lecturas muy distintas de este conflicto. Si para el PP se trata de una cuestión directamente municipal en la que el concello debe intervenir de forma inmediata, para el equipo de gobierno es un problema estrictamente laboral, “de relación entre la empresa y los trabajadores”.

Esta actitud, precisamente, es la que criticó ayer el portavoz del PP Telmo Martín. “El gobierno local siempre se lava las manos cuando hay una huelga de basuras y dice que está atado de pies y manos para no actuar. También lo hizo con los realojos de Monte Porreiro o el conflicto de la Brilat”, sostiene el concejal, quien añade que “lo que habría que hacer es reunirse con ambas partes, escuchar sus razones y actuar en consecuencia con la fuerza que da ser el propietario del contrato”. Según Martín, “se puede ser duro y aplicar una multa de 30.000 euros o incluso extinguir el contrato, o se puede ser conciliador, pero no mostrar debilidad, sino trabajar para evitar la huelga”.

Por su parte, el concejal Raimundo González Carballo, encargado de los contratos con las empresas, aseguró que ayer mismo había contactado con el gerente de Cespa “y me informó de que no habían recibido todavía la convocatoria de huelga”, un trámite necesario para pedir de inmediato la mediación de Traballo. El concejal aseguró que este paro “carece de sentido y será muy perjudicial para los ciudadanos, ya que para resolver una sanción laboral (el despido de un trabajador) hay otros muchos mecanismos sin necesidad de acudir a una huelga indefinida”.

González Carballo insistió en varias ocasiones en que “se trata de una cuestión estrictamente entre la empresa y los trabajadores” por lo que no está previsto celebrar ninguna reunión con la plantilla, como reclama el comité, que mañana dará su versión del conflicto.