La huelga del transporte recrudece sus consecuencias entre las empresas radicadas en la comarca de Pontevedra. Según explicaban ayer fuentes de la Asociación de Empresarios de O Campiño, algunas de las firmas radicadas en este parque empresarial tenían previsto parar hoy totalmente su producción desde que dio comienzo el conflicto, el pasado lunes.

A lo largo de estos cuatro días, el paro de los transportistas había provocado que la actividad fuera nula en cuanto al trasiego de mercancías tanto de entrada como de salida del parque industrial. El miércoles, desde este colectivo empresarial explicaban que en torno al 90% de las empresas radicadas en el polígono no tenían abastecimiento de materias primas y materiales con los que poder elaborar sus productos y que tampoco podían sacar de la fábrica el material ya elaborado.

Los pocos convoys que partían de O Campiño lo hacían escoltados por patrullas de la Policía Nacional o de la Guardia Civil.

Esta carestía de material obligaba a las empresas a trabajar “tirando de almacén” y reduciendo paulatinamente el ritmo de producción. Ayer,muchas de las firmas se “encontraban trabajando bajo mínimos” y en algunos casos se quedaron sin “stock” lo que, según explicó la secretaria de la Asociación de Empresarios, provocará hoy que “varias empresas se vean obligadas a cerrar producción” en la principal área industrial de Pontevedra.

El propio presidente de la asociación de empresarios, José Luis Valiñas, indicaba el miércoles que algunas de las firmas incluso habían comenzado a dar vacaciones a sus operarios al verse forzados a cesar su actividad. Lo peor es que los empresarios desconocen por cuánto tiempo se puede mantener esta situación y explican que los perjuicios económicos comienzan a ser importantes. “Mientras no finalice la huelga no haremos un balance, pero las pérdidas serán muy considerables” explicaba ayer la secretaria de la asociación.

Son muchas las firmas que están recurriendo al amparo de las Fuerzas de Seguridad para poder garantizar la integridad de sus transportes, tal y como confirmaban ayer desde la Subdelegación del Gobierno, en donde el aluvión de peticiones de escolta de convoys es importante. La Guardia Civil, Policía Nacional y Autonómica no dan abasto realizando estas labores de protección y hasta el miércoles ya habían realizado 57 servicios, de los 84 que se solicitaron.

La mayoría son para abastecer empresas del sector energético (carburantes, especialmente), sector del automóvil, suministros para la población, servicios de urgencia y establecimientos ganaderos. No obstante, esta actividad no está evitando que el desabastecimiento se comience a notar también en los supermercados, en donde empiezan a escasear determinados artículos, especialmente los lácteos.

En muchos establecimientos ayer se podían ver las primeras estanterías vacías al no poder reponerse el producto. Este déficit afecta especialmente a aquellas cadenas cuyas líneas de abastecimiento provienen de fuera de la comunidad autónoma gallega. Pese a que los efectos de la huelga se dejan notar cada vez más, la conflictividad, al menos en el área de Pontevedra, no está siendo especialmente elevada y, según explicaron ayer fuentes de la Subdelegación, en la comarca no se han registrado daños en camiones como sí ha ocurrido en el sur de la provincia.