La situación en la que se encuentra la Policía Local, y por ende la seguridad, fue una cuestión de denuncia recurrente, antes con los gobierno bipartitos de PSOE y BNG, y ahora con el del Partido Popular. Así, los representantes sindicales en el Concello, además de reclamar soluciones y plantear la dimisión de los responsables del área de Seguridad, nada consiguieron, en lo que se refiere a contar con un plantilla que pueda prestar los servicios con las máximas garantías.

Es un asunto que viene de muy atrás, ya que en marzo de 2009, el por entonces superintendente y jefe de la Policía Local, Abelardo Ulloa, hoy relegado por su implicación en la operación Pokémón, reclamaba una treintena de agentes más, ante el nivel de precariedad que existía.

Y un acto en el que se daba a conocer la memoria de 2008, aludía a que "además de ser pocos, cada vez que e aprueba una ley, incluyen alguna nueva competencia para la Policía Local, que se ha convertido en la mano de obra barata". Y hasta hoy, pero peor, según revelan los indicadores. Pero no es el único problemas, ya que las diferencias entre el sindicato policial SPPME y la jefatura por los cuadrantes, no hace más que agravar la situación.