La Policía Judicial de la Guardia Civil firma una recreación virtual sobre la muerte del policía en la comisaría de Ourense, en abril de 2016, que no concluye si fue un crimen o un suicidio y sostiene que Celso B. A., fallecido a consecuencia de un disparo en la sien, se encontraba sentado, "lo que es perfectamente compatible con que se tratara de un suicidio", sostiene Neil González, el abogado defensor de Roi y Bernardo D. L., los policías gemelos investigados por el posible homicidio de su compañero, el robo de las armas y los anónimos.

La Guardia Civil se valió de todos los datos disponibles, cálculos a escala, fotografías de la escena e informes de la causa para simular, en un entorno virtual, qué pudo pasar en el despacho donde Celso fue hallado sin vida con un tiro en la cabeza. La magistrada que estaba de guardia cuando se levantó el cadáver, Eva Armesto, desconfió de una muerte suicida y tiró del hilo investigando bajo secreto de sumario durante casi 2 años, hasta la puesta a disposición judicial de los gemelos como detenidos el pasado 21 de enero. En el auto que ordenó los arrestos de Roi y Bernardo resumió los "hechos y circunstancias objetivos" para apuntar a que Celso fue víctima del crimen.

La pistola de la que salió el disparo que mató al policía, una de las 6 robadas en el búnker, tenía la recámara abierta pese a que carecía de cargador, cuando lo normal es que la corredera no estuviera hacia atrás. "Solo cabe que la manipulación la realice un tercero", concluye Armesto. Se halló ADN ajeno al fallecido que, según los análisis, podía corresponder con familiares de "tercer o cuarto grado" de los gemelos, por lo que la juez deduce que el arma robada estuvo en su casa. Aunque la defensa insiste en la falta de indicios contra sus representados y esgrime "informes contradictorios" que no descartan crimen o suicidio, como este de la recreación, la instructora descartó la posibilidad del fallecimiento autoinfligido. Se apoya, sobre todo, en que la trayectoria del tiro fue descendente "de forma notoria", de derecha a izquierda, así como a una distancia más factible de 10 centímetros, según el examen de balística. Estos indicios "abundan en el carácter homicida de la muerte", subraya la juez.

Por el contrario, según la defensa, el último informe de Toxicología sitúa el margen de disparo a entre 2 y 4 centímetros -el primero hablaba de 6 centímetros- y, aunque no sea a bocajarro como suele ocurrir en suicidios con disparos en la sien, "sigue siendo perfectamente compatible" con una muerte autoinfligida, a criterio del letrado de los gemelos.

La recreación introduce en el entorno virtual el avatar de una persona para figurar cómo pudo ocurrir la muerte de Celso B. A. La juez se basa en la ausencia de "lucha" que apuntaría a la confianza hacia los investigados -Bernardo era su jefe y los tres eran amigos-, así como en que el cuerpo no presentaba golpes pese a que debería haber caído -considera- contra el mobiliario del despacho. Se explicaría con el hecho de que estuviera sentado como señala la recreación virtual, esgrime la defensa.