La Ribeira Sacra ourensana es protagonista de un novedoso proyecto cultural puesto en marcha por Ecos da Pedra y la discográfica Wapapura. La iniciativa consiste en un documental de trece minutos y medio de duración en el que se recrea el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil y su entorno.

El origen de la iniciativa, que lleva por título "ALMA/Arte, Legado y Medio Ambiente", se sustenta en el ciclo de conciertos puestos en marcha por la promotora cultural Ecos da Pedra, que se desarrolla en el marco de la iglesia del monasterio de Santa Cristina, que cuenta con una acústica privilegiada, muy valorada por los músicos, pero que resulta difícil de aprovechar dado su emplazamento en una orografía complicada para trasladar los recursos técnicos que suelen utilizar los conciertos o eventos de carácter cultural.

El trabajo recoge la belleza y la espiritualidad del enclave, que ha llamado la atención de reconocidos artistas, protagonistas de experiencias únicas que fueron retransmitidas por internet para todo el mundo gracias al trabajo y sensibilidad de Ecos da Pedra, a través de Diego Soto, y de Wapapura.

Este sello discográfico creado y dirigido por Rafa Kotcherha Campora, agente cultural y artista polifacético. Kotcherha utiliza una unidad móvil que realiza retransmisión en directo por satélite de encuentros musicales en la naturaleza. Los equipos que utiliza están alimentados por energía solar.

A pesar de ser de autoría privada, la iniciativa cuenta con el respaldo del ayuntamiento de Parada de Sil, el Programa Leader, Agader, el consorcio Navea- Bibei, así como el Gobierno central y la Xunta, a través de la Consellería de Medio Rural.

Un innovador

Rafa Kotcherha nació en Chicago, de padre ucraniano y madre española, vivió en Ecuador hace 20 años y allí le vino la inspiración de mezclar la música que había escuchado en Chicago con los paisajes naturales paradisíacos que descubrió en Sudamérica. Se propuso unir los dos conceptos, de manera que grabó y retransmitió conciertos en la Amazonia colombiana. En 2007 se instaló en la Alpujarra granadina y continuó con su labor. Llegó a la Ribeira Sacra de la mano de Diego Soto, otro ciudadano del mundo con raíces leonesas y asentado en la Ribeira Sacra. Allí comenzaron una fructífera relación artística con Santa Cristina como punto de referencia.

Pusieron en marcha el ciclo musical anual Sons da Pedra, que ya se convirtió en un clásico, con la participación de artistas del nivel del multiinstrumentista guineano Mu Mubana, el percusionista Jesús Mañero, o los guitarristas Derek Gripper, de Sudáfrica, y el caboverdiano Tcheka.