El acusado de propinar una patada en el estómago al alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, el 24 de junio de 2016 reconoció ayer los hechos ante el tribunal de la Audiencia, lo que conlleva una rebaja en la petición de condena por parte de la Fiscalía, que inicialmente pedía dos años de cárcel y 840 euros del multa. Por conformidad entre las partes, cumplirá la pena mínima, un año de prisión, por el delito de atentado contra la autoridad y abonará 540 euros.

La conformidad evitó la comparecencia del alcalde en la vista oral para la que había sido citado en calidad de testigo. Sí asistió el acusado, J.M.S., que llegó custodiado por la policía ya que actualmente se encuentra en prisión. De hecho, es un conocido de la policía que tiene diversos antecedentes por robos con violencia. Su participación en el juicio se vio reducida a reconocer los hechos ante el tribunal.

Esto llevó a la fiscal a modificar su petición inicial no sólo rebajando la pena solicitada, sino retirando de la acusación dos delitos leves de maltrato de obra en los que figuraba también como perjudicada la secretaria del alcalde que aquel día lo acompañaba primero a inaugurar una exposición en el Museo Municipal y después a un acto electoral con Alberto Núñez Feijóo en el pabellón de Os Remedios, ya en la recta final de la campaña electoral del 26-J.

La "reiterada" renuncia del regidor y su secretaria a reclamar cualquier tipo de indemnización, tanto durante la fase de instrucción como en las jornadas previas a la celebración ayer de la vista oral, explicó la fiscal, motivó la retirada de los delitos leves por maltrato de obra por los que pedía 1.260 euros de multa.

Vázquez Abad ya había manifestado en aquel entonces su intención de no denunciar al agresor, aunque condenó públicamente cualquier tipo de violencia. Lo hizo durante el acto electoral en Os Remedios, donde contó lo que acababa de sucederle. Según el relato recogido en el escrito de acusación, Jesús Vázquez fue abordado por el encausado a las 18.30 horas del 24 de junio cuando salía del edificio consistorial. Le llamó traidor y malnacido, y le dijo "ojalá te mueras", al tiempo que le propinaba la patada. Todo "por su condición de regidor de la ciudad.