El párroco de Vilanova dos Infantes (Celanova) desde 1969, Adolfo Enríquez Méndez, fue víctima de un homicidio, a golpes, durante el asalto a la casa rectoral, la noche del 9 al 10 de marzo de 2015. Esta pasada madrugada se cumplieron dos años. Por la custodia de la Virxe do Cristal, una talla del siglo XVII con valor religioso pero no económico, el único botín del robo, "acabó entregando la vida", como reza una placa conmemorativa en la puerta de la rectoral. El religioso tenía 77 años de edad y se había granjeado el aprecio de feligreses y vecinos por su bonhomía y generosidad. Muchas personas sin recursos acudían a pedir limosna y caridad. Los dos únicos sospechosos, entre ellos. fueron detenidos a mediados de enero de 2016 y puestos en libertad provisional por falta de pruebas. Elvir F., de 37 años, y su sobrino Arsen, de 30, ambos de nacionalidad croata, continúan como investigados en un caso abierto -con más de 4.000 folios- que aún no ha reunido más pruebas en su contra. "Para nosotros hay indicios más que suficientes para que estuvieran en prisión preventiva", sostiene el portavoz de la familia y sobrino de la víctima, José Manuel Enríquez.

"Hoy es un mal día, toda esta semana es una mala semana", lamenta. Los parientes respetan el criterio de Fiscalía y juez, pero creen que el sumario arroja indicios para que los detenidos no volvieran a la calle. "Somos el único caso en España en el que un crimen tan grave los indicios no sirven para que los sospechosos estén presos". La familia ensalza a la Guardia Civil: "Estamos perfectamente de acuerdo con todos sus pasos, creemos en su trabajo. Son los únicos que han aportado luces en el medio de las sombras".

El procedimiento judicial no se ha archivado porque la gravedad de los hechos -un crimen por esclarecer- exige explorar todas las posibilidades. El juzgado de Celanova permanece a la espera de que Estados Unidos conteste, mediante comisión rogatoria, a la solicitud de información sobre los mensajes que los sospechosos pudieron intercambiar el día de los hechos a través de las redes sociales Facebook o WhatsApp. También se había requerido informe a la compañía Skype, en Luxemburgo, para que informara sobre las comunicaciones, pero la compañía no almacena datos más de 60 días.

Los dos únicos investigados siguen obligados a comparecer periódicamente ante la Policía o en un juzgado, como medida cautelar. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense, apoyada en las pesquisas por la UCO central, sostiene que los detenidos fueron los autores, unos de los mendigos que asiduamente acudían a la rectoral de Vilanova dos Infantes a pedir limosna a Adolfo Enríquez. El día de los hechos, el 9 de marzo de 2015, los sospechosos fueron vistos en Vilanova y presuntamente regresaron esa misma noche para robar. Adolfo Enríquez falleció a golpes. Los dos croatas se acogieron a su derecho a declarar al ser arrestados. Sí habían respondido preguntas cuando aún mantenían la calidad de testigos, durante la investigación policial. Uno de los sospechosos, Arsen, reconoció que había acudido a la rectoral y que la víctima le había entregado 60 euros, pero sostuvo que la noche del crimen estuvieron en Ourense.

Adolfo Enríquez llevaba cuenta en sus anotaciones del dinero que daba a los mendicantes. "Mi tío era un buen administrador de sus bienes, pero sucumbió a los encantadores de serpientes, a alimañas que convirtieron una mentira en estafa. Se aprovecharon de la buena fe de mi tío y de su devoción pastoral. La familia estábamos al corriente, lo veíamos adelgazar y pasarlo mal, pero no pudimos hacer. Hubiese hecho más caso a una orden superior de la Iglesia que a nosotros. Él quiso cargar con esa cruz".

Por ahora no está sobre la mesa pedir el archivo provisional, señala la fiscal del caso. La familia expresa un deseo en estos días duros. "Ojalá que entre todos logremos que este no sea un expediente archivado y olvidado en el cajón".