F. F. C. fue juzgado ayer por un presunto quebrantamiento de condena. Según el fiscal, la mañana del 9 de mayo acudió al domicilio de su esposa, en Xinzo, y le entregó una pistola para que la destruyese, pese a que un auto de abril le prohibía aproximarse a menos de 200 metros de la mujer y comunicarse. Presuntamente, también la llamó y habló con ella varios días.