El juez y escritor José Antonio Vázquez Taín cumplió ayer "el homenaje que tenía pendiente con mi ciudad", presentar en Ourense "Un mar sin fondo" (editorial Espasa), su cuarta novela, cuya trama aborda uno de los males de este último lustro, el binomio poder y corrupción y que se desarrolla, en buena medida, en escenarios reales de la ciudad de As Burgas.
"La verdad es que leer el libro en Ourense ayuda a verlo de forma distinta; un amigo me contaba cómo leyó parte de la novela sentado en los jardinillos de Padre Feijóo, y desde allí podía imaginar parte de la trama e incluso ver ese piso ficticio en el que arranca la novela", indicó Vázquez Taín en relación al piso de la calle Sanmiguel en el que aparece muerto un expresidente de Gobierno que había tenido una cita con una funcionaria a la que diera en su día trabajo a cambio de sexo.
Y es que, según reconoce Juan Antonio Vázquez Taín (A Merca, Ourense, 1968), "cuando estuve firmando ejemplares de esta última novela en la feria del Libro de Madrid, dije lo mismo que defiendo aquí, que las cosas importantes ocurren en los lugares pequeños, como Ourense, porque son más auténticos".
"Un mar sin fondo" , que narra en clave de ficción la pérdida de rumbo de una generación política que empezó siendo la artífice del cambio, hasta llegar a las más altas cotas de corrupción "va en clave policiaca porque este género de novela negra refleja mucho mejor la vida que una novela romántica; esa variedad de personajes que caben en una novela policiaca, permite reflejar a las personas tan distintas que hay en la sociedad".
Define esta novela y la próxima que tiene ya en mente se gestará en los próximos meses como "hiperrealismo de ficción, porque es ahí donde soy capaz de reflejar la realidad como la veo y de reflejar cómo me gustaría que fueran las cosas". Además, la novela "permite dar un enfoque de la corrupción distinto al que da la prensa, más interesado, pues parte de algo que no es posible: pensar que eliminando a un colectivo se elimina la corrupción, pues esta está en todos los colectivos", afirma.
De hecho, a la pregunta de por qué, pese al esfuerzo por denunciar la corrupción y a sus autores, las elecciones no propiciaron un cambio, explica que "el sistema se tiene que reformar desde dentro; nadie dio soluciones reales a la corrupción, por eso ganaron los mismos; quitando un presidente no se elimina la corrupción". Considera que "todos los partidos criticaron la corrupción con discursos vacíos, sin propuestas sencillas como comprometerse, si gobernaban, a luchar contra la corrupción destinando a ello de forma exclusiva a los jueces dispuestos a hacerlo y facilitarles los medios para conseguirlo", indicó Taín.
