A diferencia de la reválida de sexto de Primaria, que se celebró por primera vez hace dos semanas, la prueba de tercero ya es conocida por el personal directivo y docente de los centros educativos. La primera evaluación que marca la Lomce para niños de 8 y 9 años se estrenó en 2015 y ayer regresó a las aulas de tercero marcada por unas cifras de absentismo muy diferentes según quien las cuente. La prueba, que se desarrolla en dos jornadas (ayer y hoy), convocó en la provincia de Ourense a 2.100 escolares.

La Consellería de Educación, tomando como base los datos facilitados por los equipos directivos y la inspección educativa a partir de información recopilada centro a centro, cifra en el 60% el porcentaje de participación en la prueba, lo que quiere decir que no acudieron a clase 4 de cada 10 niños matriculados en tercero de Primaria.

En cambio, la federación provincial de asociaciones de padres y madres de alumnos, invierte los términos y eleva el absentismo al 66,4% en los centros públicos de la provincia. El presidente de la federación, que a su vez es vicepresidente de la confederación gallega de Anpas de centros públicos, Confapa Galicia, y miembro de la plataforma en Defensa do Ensino Público, José Antonio Álvarez Caride, señaló que esta prueba, al estar dirigida a niños de 8 y 9 años, acarrea una mayor dificultad para los padres a la hora de conciliar y en muchos casos impide que los progenitores expresen su disconformidad con esta prueba no llevando a los niños al colegio. Esta circunstancia afecta con mayor intensidad a los centros de la capital que del rural. Con todo, las Anpa de la provincia defienden la rigurosidad de sus datos recogidos a través de una aplicación informática en la que cada centro registra la participación en la prueba. En el CEIP Prácticas de A Ponte, pone como ejemplo Álvarez Caride, de 72 escolares de tercero convocados, no acudieron 55. En el CEIP de A Gudiña faltaron seis de seis. El absentismo en la evaluación de tercero, según las Anpa, ha sido muy similar al registrado hace dos semanas en la reválida de sexto, del 67,2%. En los centros privados, en cambio, la asistencia fue generalizada.

La Consellería de Educación recordó ayer que esta prueba es un complemento en el proceso de aprendizaje que tiene como finalidad anticiparse en la resolución de posibles problemas que se detecten y aplicar medidas para atajarlos, recalcando que los resultados no tienen efectos sobre el expediente académico. Por su parte, Confapa Galicia califica la prueba de "inútil, antipedagógica y segregadora". El presidente de las Anpa de Ourense, apunta, además, que el artículo 20.3 de la Lomce "dice textualmente que, de no ser superada la prueba, el equipo docente deberá adoptar medidas ordinarias y extraordinarias, entre las que se incluye la repetición de curso". Niega la llamada a la insumisión y afirma que "hemos dado las piezas del puzzle a los padres y ellos son los que han decidido".