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"¿Quién protege a los abuelos?"

Forenses de España, Portugal y EE UU debaten sobre el aumento de suicidios en mayores solos o los forzados a vivir en residencias

El forense Fernando Serrulla, ayer, durante en su intervención en las jornadas. // Brais Lorenzo

"Si una persona fallece sola en su casa, sin historia clínica porque es festivo y su médico no trabaja en el centro de salud del pueblo, la cosa se va a complicar pues como forenses debemos intervenir e incluso pedir una autopsia para certificar la causa de la muerte. Es decir que como me decía un mayor, hasta para morirse hay que tener suerte", explica Julio Jiménez Feliz.

Este médico forense ourensano fue uno de los organizadores de la VI Jornada Científica de la Asociación Galega de Médicos Forenses, celebrada ayer en el Centro Marcos Varcarcel de la ciudad y en la que sesenta médicos de medicina legal procedentes de distintos puntos de España, Portugal y Estados Unidos, expusieron sus ponencias bajo un tema común la "Medicina y Psicología forense del anciano".

Son profesionales a los que les toca no solo saber los motivos de una muerte violenta, sino enfrentarse a una población envejecida en la que a causa de la soledad y de unas inexistentes políticas sanitarias y sociales preventivas, "uno de los problemas a los que nos enfrentamos es al aumento de suicidios entre los mayores, una población muy vulnerable", revela.

El gran número de mayores que viven solos y empiezan a perder facultades implica la firma de un informe de capacidad que debe firmar un médico de medican legal, para avalar su ingreso en un geriátrico.

"Son asuntos muy complicados de abordar, dado que en ocasiones el mayor es consciente de este deterioro lo que en ocasiones acelera incluso su muerte o el suicidio y en otros casos hay personas mayores que, por su soledad o incomunicación se obsesionan con que tienen enfermedades que no padecen y deciden quitarse de enmedio ante el temor a sufrir".

Por eso los participantes pidieron la aplicación de protocolos que puedan abrir luz en estas situaciones y evitar incluso la picaresca de aquellos que por cuestiones de herencia, pueden forzar un informe de incapacidad del mayor que no es tal. "Nuestra preocupación es que se establezcan marcos de protección al mayor pero si que estos lleguen a ser manipulados o engañados", indica Julio Jiménez.

La falta de medios de los servicios sociales para dictaminar de que otro modo se puede ayudar a al paciente y prevenir su internamiento, también hace que la decisión final, indica Julio Jiménez, recaiga en el médico forense Otros asuntos abordados ayer fueron el dilema entre limitar la conducción de su vehículo a mayores que no tienen otro medio de transporte en pueblos aislados sin autobuses.

Otro aunto que deben atender eventualmente y se produce al carecer de una cadena vecinal o familiar como las que había antes, de prevención psicosanitaria y de amparo a la vejez, es el de los mayores que fallecen solos "y al carecer de historia clínica produce la judicialización de la muerte al tener que realizarle la autopsia". En este sentido Jiménez señala que "el juzgado es el medio menos adecuado para resolver problemas, ahí solo se dictan sentencias pero para prevenir estas situaciones, antes hay que tomar decisiones sanitarias que las eviten".

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