Ramón Caride Ogando nació en Cea en 1957, pero el trabajo lo ha llevado lejos del territorio ourensano, hasta Cambados, donde reside y trabaja como profesor de secundaria. Además, es un constante animador de actividades culturales como la Asociación A Santa Compaña, de la que fue su primer presidente y uno de los promotores de la revista homónima.

Ganador del premio Blanco Amor por su novela juvenil y de ficción científica "Soños eléctricos", publicada en 1992, este autor se ha atrevido también con la poesía y el ensayo.

- ¿En qué trabaja ahora mismo el Ramón Caride escritor?

- Pues he comenzado la quinta novela de la serie de "Said e Sheila", que comenzó con "Perigo Vexetal". Es una serie que comencé en el año 1995 de novelas juveniles y que también la componen "Ameaza na Antártida", "O futuro roubado" y "A negrura do mar", que han salido publicadas en Xerais dentro de la colección Merlín. Es una serie que ha tenido mucho éxito y ha sido traducida a muchos idiomas. He iniciado la quinta, que se llamará "O camiño da Estadea", y que será la última porque se trata de una pentalogía. Estoy en pleno proceso de redacción, y la idea es que se publique para 2015.

- Y eso que no hace ni seis meses que publicó una edición con modificaciones de "O sangue dos camiños", que además fue mercedora en 2003 del Premio Risco de Literatura Fantástica.

- Sí, publicamos en febrero la que es su cuarta edición y la definitiva en gallego. Es una obra destinada al público adulto que ha sido lanzada también en México y Portugal. Y además tengo otro proyecto. Se trata de un libro de relatos que probablemente salga para Navidad, que se titulará "Flash Black 13". Un libro que hará posible la editorial Urco, que está especializada en literatura fantástica de terror. Se trata de una antología de relatos de esa temática de terror y ciencia ficción que ya está terminada y que será mi libro de relatos cortos número 13.

- ¿Cómo definiría usted el proceso de creación?

- Pues se trata de un proceso muy lento. Aunque yo en los últimos años estoy publicando una media de tres libros por año, que es mucho sobre todo en este contexto de crisis que yo mismo no lo acabo de asimiliar. Pero por ejemplo "O camiño da Estadea" es una historia que llevo discurriendo más de cuatro años. Primero pienso un argumento general para el libro y le doy muchas vueltas hasta que llega un momento en que tengo que plasmarlo en el papel. Digamos que, como paso inicial, elaboro un esquema, un borrador de no más de tres páginas en el que cuento cómo veo la novela de manera muy general. Después igual transcurre un año, o dos o los que sean hasta que inicio finalmente el proceso de escritura. Antes también desempeño un proceso de documentación, sobre todo relacionada con los escenarios en los que va a transcurrir la novela, incluso ir a ellos si es posible. Pienso también en cómo quiero que sean los personajes, lo que es la infraestructura de la historia, lo que no se ve. Y ya después de esto sí que llega propiamente la fase de redacción, que para mí es la más bonita.

- Usted, que además es profesor, ¿cuándo encuentra un buen momento para sumergirse en este proceso de redacción de una novela?

- Aprovecho para escribir mucho en verano, porque durante el curso se me hace algo difícil. No es que sea capaz de acabar una novela en estos meses, pero sí que intento darle ese primer impulso, que es el que más cuesta. Después, una vez metido en el ambiente y en la historia, todo va mucho más rápido. Aunque durante el proceso tengo que prescindir de las historias que leo para centrarme en las mías y es algo que no me gusta tanto. Escribir es algo muy bonito pero que no deja de ser algo cansado a veces, porque es como todo, también tiene su parte de rutina. Ahora por ejemplo en el mes de agosto tener que levantarme a las ocho de la mañana como si tuviese que ir a trabajar para escribir no es algo muy agradable, en ese momento de despertar dices qué bien me quedaba en la cama, pero después lo agradeces.