El juez instructor y, en segunda instancia, la Audiencia cierran la puerta a que el presunto asesino de Tomás Milia Méndez, acuchillado en su piso de Ourense el pasado mes de octubre, sea juzgado por un tribunal de ciudadanos. La Audiencia Provincial considera que deben resolver jueces profesionales al no poder descartarse que el móvil del crimen del farmacéutico fuera el robo. La ley del jurado excluye este delito de su rango de competencias. Pero como recuerda la Audiencia, el supuesto homicida se llevó del piso varios relojes de lujo.

El abogado del presunto autor de los hechos celebraba ayer el auto "porque preferimos jueces profesionales". El fiscal pretendía que fuera un jurado el que resolviera los hechos. La magistrada ponente de la Audiencia Provincial, Amparo del Olmo, entiende que no es tan evidente que"el delito competencia del jurado, esto es el homicidio o asesinato, fuera el inicialmente previsto cometer por el imputado". La resolución es firme y ratifica el auto del magistrado de Instrucción Uno de Ourense, Leonardo Álvarez, en el que se transforman las diligencias previas en un sumario, ya a las puertas del juicio. El juez dictará ahora un auto de procesamiento y las acusaciones formularán sus peticiones de condena.

El presunto autor del crimen permanece preso desde octubre pasado. Cayó detenido por volver al escenario del crimen para incendiar la céntrica vivienda de Tomás Milia, de 72 años, y, presuntamente, tratar de eliminar pruebas. Horas antes, y después de una supuesta discusión por dinero tras una relación sexual contratada, el joven rumano, que se anunciaba como prostituto en internet, le habría asestado tres cuchilladas. Salió por primera vez del domicilio y consiguió huir de agentes de Policía que lo vieron salir a primera hora de la madrugada y lo consideraron sospechoso.

Entonces, cuando ya había cometido el crimen pero aún se desconocia, le incautaron relojes de lujo de la víctima. Volvió sobre las 5 de la madrugada. Tras introducir el cadáver en la bañera -donde fue encontrado por los Bomberos- y aplicarle lejía, fue interceptado a pocos metros con prendas ensangrentadas, un juego de cuchillos y las llaves del piso, que dejó cerrado. Arrojó a una papelera cercana el arma homicida.