Mientras la burocracia entre estados de la UE no permita enviar la multa al domicilio en el extranjero de un conductor infractor -se eterniza la transposición de una directiva marco de la UE-, Tráfico confía en que los dos radares fijos dotados con sistema de aviso a patrullas, instalados en la A-52 en Ourense -en Ribadavia y A Gudiña-, sigan surtiendo efecto. "Se nota que se ha corrido la voz y levantan el pie", señalan en la Jefatura Provincial. Los excesos de velocidad de vehículos foráneos -fundamentalmente portugueses-, que antes quedaban impunes si no eran interceptados, suman más de 60 conductores de otros países interceptados y multados desde la puesta en marcha del sistema en diciembre de 2012.

Con anterioridad, unos 300 extranjeros al año se libraban. Uno de cada tres automovilistas infractores que eran detectados en el radar fijo de A Gudiña, puerta a la provincia por la principal vía de comunicaciones, nunca abonaban sanción por el simple hecho de tener matrícula foránea.

La cabina de este municipio y la de Ribadavia operan con una tecnología similar al "wi-fi" que da aviso a la patrulla de la Guardia Civil de Tráfico más cercana con una fotografía del infractor. El vehículo cazado por los dos radares es interceptado y los agentes exigen el pago de la sanción en el acto. En caso contrario, las autoridades inmovilizarán el turismo foráneo y retendrán la documentación. Cuando el automovilista supera los 200 kilómetros por hora, el umbral en el que una velocidad excesiva se considera ya un delito contra la seguridad vial, se enfrenta a acciones penales.

La mayoría de las infracciones registradas en los dos puntos de la autovía A-52, la arteria principal de Ourense y principal vía de acceso a Galicia por delante de la A-6, oscilaban entre entre los 140 y 160 km/h. Lejos quedan episodios flagrantes. En agosto de 2012, precisamente en Ribadavia, la impunidad un automóvil de alta gama modelo Mercedes CLS, registrado en Francia pero de dueño portugués, traspasó el radar fijo en sentido Benavente a 245 kilómetros por hora, en una de las mayores velocidades registradas en Galicia.

8.400 conductores "cazados"

El carácter transfronterizo de Ourense condiciona. La A-52 es un canal de paso que en verano alberga también a portugueses emigrados que regresan a su país por Verín. En época estival, un tercio de las infracciones detectadas por los medidores de velocidad eran de vehículos foráneos. La red provincial cuenta con 13 cabinas para radar fijo más cinco dispositivos móviles. Hasta finales de 2013, los cinemómetros cazaron en Ourense a más de 8.400 conductores.