Dos niños de 12 años de edad, amigos y con familia en la aldea de Pacios de Armental, en el concello ourensano de A Peroxa, sufrieron ayer un accidente en una casa abandonada y en ruinas de Regolevado, a menos de tres kilómetros de la localidad donde estaban pasando el fin de semana con sus abuelos y sus tíos. Los menores, que habitualmente residen con sus padres en Ourense, se adentraron en la edificación ruinosa del pueblo de planta baja y quedaron atrapados por unas piedras desprendidas mientras jugaban en el interior.

Familiares y vecinos, alertados por los gritos de los menores y por un tercero que los acompañaba pero eligió no entrar en la edificación, acudieron al lugar para intentar liberarlos de los escombros. Los residentes consiguieron excarcelar a los niños. El 112 había movilizado a los Bomberos de Ourense pero, cuando las dotaciones iban de camino a A Peroxa, fueron informados de que los vecinos ya los habían liberado.

Según la Guardia Civil y los testimonios de los residentes en la zona, uno de ellos fue trasladado en estado crítico al hospital de Ourense en el helicóptero medicalizado del 112. El segundo de los niños, también herido de gravedad, se encontraba consciente cuando fue evacuado en una ambulancia por los efectivos de emergencias. Fuentes sanitarias confirmaron a FARO, al cierre de esta edición, que los dos menores permanecían en la UCI pediátrica. Uno de ellos, en estado más grave.

El accidente tuvo lugar pasadas las ocho de la tarde de ayer. Los dos menores quedaron atrapados por la zona abdominal cuando parte de la estructura de la casa abandonada, carente ya de techumbre, se les vino encima. Al parecer, habrían tocado una viga de madera haciendo ceder parte de una pared. "Dentro de la desgracia, la única suerte es que las piedras les cayeron de la barriga para abajo", según relataba a última hora de ayer el alcalde de A Peroxa, Manuel Seoane.

Ellos mismos dieron la voz de alarma atrapados entre las piedras y su compañero fue corriendo a avisar a los vecinos y progenitores pidiendo auxilio para los menores heridos. Según relataban ayer varios vecinos de la aldea de Regolevado, los niños y el otro amigo que los acompañaba habían merodeado previamente por la edificación y residentes de la zona les advirtieron de que no se adentraran ante riesgo de que aconteciera lo que finalmente sucedió. La casa estaba en planes de ser derruida en dos ocasiones.