Llamaba como número desconocido y colgaba cuando el alcalde socialista de Amoeiro, Rafael Villarino, contestaba. Así 243 veces entre el 22 de mayo y el 2 de septiembre de 2011 de ese mismo año, día en el que le llegó la demanda judicial. Tuvo que ser la compañía telefónica la que identificase al titular de la línea que acosaba al regidor con llamadas a todas horas, por la noche, de madrugada, hasta 40 veces en un solo día.

Cuando el alcalde supo quien era se quedó como estaba, "era un vecino con el que nunca tuve ningún problema, vino al concello diciendo que él no había sido y me pidió que retirase la denuncia". Pero Villarino, que vio trastornada su rutina diaria y su labor como alcalde, siguió adelante.

Ayer se enfrentaron en un juicio penal en el que Francisco A.L., de 50 años, compareció por un delito de coacciones por el que el Ministerio Fiscal pide dos años de prisión. Le acusa de "provocar intranquilidad y preocupación, así como alterar los hábitos cotidianos" del alcalde. "Destruyó mi rutina", reconoce el regidor que, en calidad de alcalde, debe estar disponible en el móvil las 24 horas del día, "no lograba conciliar el sueño, llamaba cada hora durante la noche".

El acusado mantuvo ayer en el juicio la misma versión, aludiendo a la pérdida o robo del teléfono, si bien no consta que lo hubiese denunciado ni que diese de baja el número en la compañía.

El acoso comenzó durante la jornada electoral del 22 de mayo de 2011 en la que Rafael Villarino resultó elegido alcalde y coincide temporalmente con pintadas injuriosas contra el regidor en el consistorio y edificios de Amoeiro, así como arañazos en su vehículo. Sin embargo, la relación del acusado con estos hechos no pudieron ser acreditados por la acusación particular que representó los intereses de Villarino y fueron descartados durante el juicio. El letrado se adhirió a la calificación de la fiscal, reclamando también dos años de prisión.