Los picos altos de contaminación fecal en la zona de la playa de A Xunqueira, en Moaña, ponen en peligro el trabajo de las alrededor de 60 mariscadoras de a pie que trabajan en este banco en la extracción de almejas y berberecho, incluso al sector del marisqueo a flote y mejilloneros. Aunque por el momento siguen trabajando,el último muestreo realizado por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) revela unos índices de la bacteria Escherichia coli (E.coli), con los que se controla otras peligrosas para el ser humano como la Salmonella, muy por encima de los permitidos para la actual clasificación como Zona B que tiene este banco, que pasaría a ser "C".

De persistir estos valores de fecales en las analíticas de la próxima semana, la Consellería de Mar se vería obligada a modificar la clasificación, incluso, a cerrar la playa al marisqueo a pie durante un año, apuntan las fuentes consultadas, Por el momento la Consellería de Mar solo confirma que efectivamente el histórico de análisis en esta zona siempre fue bueno, pero que en este año han empezado los malos resultados, aunque considera que "es especular" con decir que ya pasará a ser clasificada Zona C.

Según el último muestreo del área de producción de la ensenada de Moaña, realizado hace alrededor de una semana, el índice de E. coli superaba los 20.000 (unidades por cada 100 gramos de carne y líquido intravalar), cuando el parámetro permitido para ser Zona B es de menos de 4.600 y para "C" de menos de 46.000. Por encima de este último nivel la normativa prohíbe la extracción de los productos que se cultiven. En estos momentos el área de la ensenada de Moaña, delimitada desde O Con hasta Punta Arroás, está clasificada como Zona B, que obliga a que los moluscos bivalvos que se extraigan de ella para su puesta en el mercado para su venta, deben de ser sometidos a un proceso de depuración o de reinstalación. La zona estuvo muy cerca de conseguir la máxima clasificación de "A" que quiere decir que los productos procedentes de la misma se pueden poner a la venta directa en el mercado. De pasar a "C" los productos, antes de llegar al mercado, deben someterse a un proceso de reinstalación durante un período lago de tiempo.

Los muestreos en 2016 daban unos resultados de E. coli de 450, 220, 330 incluso de 45 y subieron en 2017, con picos de 490 y mínimos de 73, hasta octubre cuando la analítica se disparó a 2.400. Ya fue un toque de atención, aunque la situación se normalizó en noviembre. Sin embargo, en enero de este año el pico llegó a los 5.400, después bajó a 78 y 93 y se disparó a principios de marzo a los 20.000, claramente ya dentro de la Zona C.

En el sector hay mucha tensión y malestar por una situación de la que las fuentes consultadas aseguran que no son responsables, sino las administraciones. Pese a todo, nadie quiere dar la cara. La presidenta de las mariscadoras, Dolores Álvarez, preguntada al respecto, asegura que no se va a pronunciar y que todo el asunto lo está llevando la cofradía. En el pósito también se dan largas y en el Concello, el concejal de Medio Ambiente, Odilo Barreiro, es escueto. Dice que en el Concello no tienen detectado ningún problema de vertidos, admite que sí mantuvieron reuniones con el sector por esta situación pero quien tiene que hablar es la cofradía.

La alcaldesa, Leticia Santos, se pronuncia en el mismo sentido. Señala que no están detectados vertidos y lo que hay es una analítica que indica valores anómalos para esta zona. Reconoce que están teniendo contactos con el sector y trabajando conjuntamente para intentar determinar la posible causa.