Lo sucedido en la tarde noche del domingo en la nave principal de Massó podría volverse a repetir cualquier día, pero, a lo mejor, con un resultado más trágico. Okupas, amigos de lo ajeno o, simplemente, curiosos -como es el caso del grupo de amigos que entraron el domingo en la vieja fábrica de conservas abandonada- entran en las instalaciones sin el menor miramiento, buscando un resquicio entre las ventanas y puertas tapiadas o haciéndolo. El propio concejal de Urbanismo del Concello de Cangas, Mariano Abalo (ACE), sabe que es un asunto de difícil solución.

La tragedia estuvo muy cerca el domingo en Massó. El joven turco de 20 años de edad que cayó de una planta a otra de la nave principal de Massó no contestaba al grito de sus amigos y se puso en marcha un despliegue impresionante de medios técnicos y humanos para rescatar al joven de la trampa en la que se había caído, después de que el suelo maltrecho y podrido cediera ante su peso.

Petición vecinal

El pueblo de Cangas pedía ayer a gritos una solución para el complejo de Massó, consciente de que cada vez está más cerca una tragedia. Pero no hay proyecto para el mismo. Al menos eso es lo que sostiene el edil de Urbanismo del Concello de Cangas, Mariano Abalo. La propietaria del complejo, Abanca, no presentó al Concello una propuesta para sacar adelante. Y, además, como señala Mariano Abalo, es falso ligar alguna solución de Massó al nuevo Plan Xeral, porque sería como no decir nada. El edil manifiesta que el complejo fabril de Massó también está afectado por reclamaciones de concesiones y conflictos entre Concello y Autoridad Portuaria de Vigo.

Abalo ya adelantó, que como en otras ocasiones, el Concello requerirá a la propiedad para que intervenga en los inmuebles del complejo Massó con el propósito de evitar que sigan entrando personas. Pero hasta el propio concejal de Urbanismo sabe que es muy difícil. Es consciente de que se taparon en varias ocasiones zonas por las que se colaban personas, previamente detectadas por la Policía Local de Cangas y recuerda que en su momento se estableció una especie de guardia permanente, pero que la Policía Local no puede estar siempre en la zona. Abalo sabe que Abanca y el Concello deberán reunirse de nuevo para encontrar una pronta salida a Massó, de lo contrario, el deterioro de las instalaciones será irreversible.

El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos (ACE) mostraba ayer su preocupación por el hecho de que se insista en entrar en unas instalaciones que presentan un aspecto tan peligroso. No entiende este empeño, sobre todo por parte de jóvenes, que lo hacen por mera curiosidad, y que ponen en riesgo sus vidas de forma tan inconsciente.

Durante la noche del domingo, la gente que permanecía pendiente del suceso, pedía que se advirtiera con carteles bien grandes que está prohibido el paso a las instalaciones.