La construcción del túnel de 900 metros de longitud que permitiría soterrar la PO-551 a su paso por el centro de Cangas -entre la gasolinera y el concello- tiene un coste de 16,4 millones y llevaría aparejada la habilitación de unas 800 plazas de aparcamiento subterráneo. El proyecto del técnico cangués Rafael Barreiro supondría la eliminación del grueso del tráfico en superficie para liberar entre 80.000 y 85.000 metros cuadrados, en lo que representa una ambiciosa actuación para abrir Cangas al mar y conectar este de forma directa con el casco viejo. De este modo, solo estarían autorizados a circular los vehículos de personas discapacitadas, servicios de emergencia, vehículos de carga y descarga, así como esporádicamente autobuses y residentes del casco viejo.
El plan contempla actuaciones en 46.800 metros cuadrados, de los cuales 10.800 corresponderán al túnel por el que se desviará la circulación, y los 36.000 restantes a plazas de aparcamiento, que servirían para autofinanciar todo el proyecto mediante una concesión de 50 años. Y es que la intención del promotor del mismo es que la infraestructura no suponga un solo euro de gasto de las diferentes administraciones públicas. Para ello baraja una fórmula mixta de financiación procedente en un 60 por ciento de empresas y en un 40 por ciento de particulares. La idea se ha planteado ya a tres firmas importantes de Cangas, toda vez que se quiere priorizar la inversión local, y solo en caso de que estas la rechacen se establecerían contactos con empresas de fuera del municipio.
El ancho del túnel (12,5 metros) permitiría separar el vial del espacio dedicado a estacionamientos, en donde, a su vez, se delimitaría una senda peatonal. Todo ello en una única planta. El proyecto contempla asimismo la humanización del área entre concello y gasolinera y la canalización de pluviales y fecales, además de solventar la escorrentía de la calle Real, que puntualmente anega comercios en el entorno de la plaza de abastos.
El promotor de la iniciativa presentará el día 18 en el salón de plenos el estudio de viabilidad, en el que se prevé recuperar la inversión inicial en un plazo aproximado de entre 28 y 30 años gracias a una facturación bruta que anualmente reportaría 1,2 millones de euros. La venta de plazas de aparcamiento ha sido descartada y se optará por la fórmula del alquiler de las mismas. Los cálculos del estudio apuntan a un precio de 1,10 euros por hora de estacionamiento, aunque se prevén descuentos de un 20 por ciento para los comercios. Habrá también bonos, orientados en principio a los moradores del casco viejo, que son quienes tendrán prioridad en obtener alguna de estas plazas. Para ellos el abono mensual supondrá un coste de 2,30 euros al día; el anual de 1,96 euros día; y el bianual de 1,73 euros por día.
Las primeras estimaciones, siempre desde la prudencia, apuntan a un 30 por ciento de ocupación permanente de las plazas, a través de los bonos mensuales (3 por ciento), anuales (9 por ciento) y bianuales (19 por ciento), mientras que el 70 por ciento restante tendrían una ocupación más fluctuante de entre 0 y 8 horas al día.
El estudio económico parte de que el canon de las diferentes administraciones con competencias en el trazado -Portos de Galicia, Costas del Estado y Autoridad Portuaria de Vigo- sea simbólico, de un euro al año, para darle viabilidad. Los dos primeros entes ya tienen conocimiento del proyecto y en las próximas semanas se espera mantener una entrevista con la Autoridad Portuaria de Vigo para exponerlo.
Pero el proyecto pretende ir un paso más allá y ser el pistoletazo de salida para poner en valor todo el frente marítimo de Cangas en conexión directa con el casco viejo. Para ello se proponen otras actuaciones complementarias, como la construcción de un auditorio flotante y semiabierto frente a la plaza de abastos con una cubierta en forma de concha de vieira, que tendría capacidad para 900 asientos. Asimismo, se plantea la recuperación de los puentes del Río Bouzós y de la piscina natural que se formaba antaño por las mareas.
