Jornada de pesca aciaga para dos jóvenes vecinos de O Barco de Valdeorras y A Estrada que pasan unos días en Cangas y el viernes decidieron probar suerte con sus cañas en el viejo muelle de Rodeira hasta que una parte de la estructura se partió y cayeron al mar con sus enseres. Con el golpe, uno de ellos rompió la clavícula y el otro un dedo del pie, y ambos, además, sufrieron diversas contusiones y magulladuras de las que fueron atendidos in situ por varios testigos hasta que una ambulancia los trasladó al centro de salud de Cangas y desde allí fueron derivados al hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo. El más afectado, Tarci Ávila, con el brazo en cabestrillo, presentó ayer denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, que investiga la titularidad de ese muelle y las responsabilidades que se puedan derivar.

Según el propio denunciante, los hechos ocurrieron a última hora de la mañana del viernes. "Estabamos os dous compañeiros pescando con cana desde enriba do pantalán cando, de repente, derrubouse parte do formigón e caímos ao mar sen poder evitalo". Se trata de una zona rocosa en la punta de Rodeira conocida como A Garita, y fue precisamente el titular de la casa rural que lleva ese nombre quien le prestó los primeros auxilios. Tras llamar al 112, "que tardou máis de cinco minutos en atendernos, porque comunicaba", se movilizó a la Policía Local, Protección Civil y una ambulancia del 061, cuyos efectivos se encargaron del traslado al centro médico. El más leve tiene roto un dedo de un pie y ayer mismo pudo regresar a su casa en A Estrada, mientras que Tarci Ávila continúa alojado en unos apartamentos turísticos de Rodeira tras ser atendido en el Cunqueiro de un corte en la cabeza y rotura de clavícula, según relata.

"Ese pantalán non reúne condicións e debería estar pechado o acceso para evitar que pasen estas cousas", reclamaba ayer en el lugar donde sufrió el accidente, que según fuentes de los servicios de emergencias "podría haber sido bastante peor, al tratarse de una zona pedregosa y donde no es nada difícil darse un mal golpe". Además de los daños físicos, también se vieron afectadas objetos personales como las cañas de pescar, teléfonos móviles y otras pertenencias.

A pesar del estado ruinoso del viejo muelle y de que en el entorno hay alguna señal advirtiendo de su peligrosidad, es habitual encontrar personas pescando o lanzándose al mar desde esa estructura que, según algunas fuentes, pertenece a un particular por concesión administrativa, aunque los pormenores deberán aclararse en el Juzgado.