"A inversión pública feita nese campo de fútbol pasa de 1.250.000 euros", entre la partida de fondos estatales del Plan E, la cuantía aportada por la Diputación y los trabajos realizados a mayores por el Concello de Cangas. Son los datos que maneja el gobierno tripartito, que aún debe afrontar algunos "extras", como la instalación de una nueva caldera que sustituya a la que tenía el Alondras, inservible, la colocación de falsos techos y revestimientos pendientes o la reconstrucción de un muro derribado por el temporal, además de asumir los gastos corrientes de luz o saneamiento. El ejecutivo municipal considera que esas cifras confirman la "forte aposta por este club e os nenos que utilizan estas instalacións", pero también que se trata de un estadio de propiedad privada y, en la práctica, de uso exclusivo del Alondras a pesar de que exista un convenio de cesión al Concello por 25 años, por lo que no puede convertirse "nun saco sen fondo" para las arcas públicas, que con esa carga no pueden atender las necesidades de otros colectivos.
El alcalde, Xosé Manuel Pazos, y la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, reconocen el trabajo del club y el derecho de sus directivos a presionar, buscando la complicidad de los jugadores y sus familias, para que las administraciones sigan aportando medios para el estadio, pero advierten que el Concello no va a seguir soportando "unha carga económica inasumible" para su capacidad amparada en una "cesión de conveniencia" para el club, apunta el regidor, que recuerda que es una entidad privada, que "non está aportando economicamente nada" y que cuando finalice el convenio "sobre o teórico usufructo público" no tendrá obligación alguna con el Concello, pasando la inversión pública a patrimonio privado. Mientras, añade, otros clubes y también instalaciones municipales soportan carencias que no se pueden cubrir.
Para los representantes municipales, la cesión del estadio al Concello de Cangas para invertir dinero público en él fue "un proxecto electoralista e mal parido" ideado por el PP con los entonces alcalde, José Enrique Sotelo, y presidente de la Diputación, Rafael Louzán (ahora presidente de la Federación Galega de Fútbol). Argumentan que ni siquiera contaba con un estudio geotécnico, que luego dio resultados negativos y obligó a reformar el proyecto, con el consiguiente retraso. Además, tenía otras muchas carencias que ha habido que solventar con dinero público, en algunos casos asumidas por el Concello de Cangas, que tuvo que financiarlas con dinero que retira de otras actuaciones previstas.
