Faro de Vigo

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El Motín, 3 de maio de 1888

Estoy cansado de repetir que Dios está irritado

contra la gente que frecuenta las iglesias, y, sin

embargo, la beatería no lo cree y los curas aparentan

no creerlo por la cuenta que les tiene.

Valga por lo que valga, allá va otra demostración

palpable de la verdad de mi aserto.

En Aldán (Pontevedra) estábase terminando la

construcción de una nueva iglesia, y, presuroso el

cura por empezar á explotarla antes de concluida,

habilitó un altar provisional en la huerta de la casa

rectoral contigua y se dio á decir misas en él.

Celebrando una estaba, cuando el gran pirotécnico

lé soltó uno de los rayos más gordos del repertorio,

cuyo rayo, después de herir al pater y á cuatro

devotas, se corrió á la iglesia en construcción,

reduciéndola á escombros.

Lo malo es que también pagaron justos por pecadores,

pues los propietarios de los edificios contiguos

á la iglesia han sufrido en sus fincas desperfectos

de consideración.

Ahora me explico por qué esta Redacción está

asegurada de esos percances. En doscientos metros

á su alrededor no hay una mala iglesia para un mal remedio.

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