El Concello de Moaña, a requerimiento de la Valedora do Pobo, obligó a la propietaria de parte de los terrenos sobre los que se levanta una carballeira de 2,6 hectáreas con un 80% de robles y con ejemplares que podrían tener hasta 300 años de edad y unos 30 metros de altura a podar los ejemplares cuyas ramas invaden el vuelo del camino. Los requerimientos se remontan a hace un par de años, cuando varios vecinos del entorno exigieron que el Concello hiciese cumplir la normativa en materia de seguridad, salubridad y ornato público. La propietaria presentó varias alegaciones, como un informe técnico del ingeniero de montes Jesús de la Fuente Villar. Finalmente los vecinos recurrieron a la Valedora do Pobo que requirió al Concello ordenar esta poda.

La propietaria, Teresa Castroviejo, tiene de plazo hasta el viernes para ejecutar unos trabajos que ya arrancaron, en caso contrario los debería ejecutar el Concello de forma subsidiaria para posteriormente remitirle la factura.

El problema surge por las especiales características de estas especies, que según el propio ingeniero de montes constituye una de las 17 carballeiras de costa que quedan en la provincia de Pontevedra. A esto hay que añadir que alberga galerías de dos especies protegidas por normativas de la Unión Europea, como el Lucanus cervus (vacaloura) y el Cerambyx cerdo (conocido como capricornio das aciñeiras).

La propietaria afectada considera que esta poda a la que se ve obligada es una agresión a la propia carballeira.

Desde la empresa encargada de acometer los trabajos -Cerna arboricultura- opinan lo mismo, y los trabajadores incluso se habían negado a ejecutar la poda hasta comprobar la orden oficial del Concello.

Son 12 los árboles afectados, que se levantan a lo largo de la línea del vial público. "Entendemos que no se pueden alterar los hábitats de dos especies protegidas. Además, en algunos casos tuvimos que podar casi todas las copas, y es posible que estos ejemplares mueran o tengan que soportar distintas enfermedades", apuntan los trabajadores que se están encargando de los trabajos. Señalan, asimismo, que al albergar estas especies deberían tener el mismo grado de protección de los "Árbores Senlleiros". Consideran que se trata de la única carballeira de costa de toda la provincia que presenta características como su antigüedad y el porte natural de los robles, que nunca fueron sometidos a modificaciones como podas drásticas.

El informe técnico presentado por la propietaria ante el Concello relata la presencia de estos insectos protegidos y describe la carballeira de costa, que sube desde la playa de A Videira hasta las proximidades de la carretera que une Moaña y Cangas, "prácticamente desde el nivel del mar hasta los 50 metros sobre dicho nivel". Según los datos del "Mapa Forestal (2009)" la superficie media de las 17 carballeiras de costa que quedan en la provincia es de 2,88 hectáreas.

Aunque se reconoce que algunos robles invaden el vuelo del camiño, el informe alega que lo hacen a una altura tal que "proporcionan un dosel protector que enriquece el paisaje". Además asegura que en el estado actual de los robles no se observan riesgos de caída de ramas ni de árboles, por lo que bastaría con ejecutar una pequeña poda de descarga.

Desde el Concello el concejal de Medio Ambiente, Odilo Barreiro, alude al requerimiento que recibieron de la Valedora do Pobo y señala que las podas se deben ejecutar simplemente para evitar que las ramas sobrepasen los límites de la propiedad privada, al existir quejas de los vecinos por presunto riesgo y por la caída de hojas. La resolución de la Alcaldía establece que "en caso de optarse por unha tala, débese contar coa autorización da Consellería de Medio Rural da Xunta de Galicia".

O Ramil

El requerimiento de la Valedora alude a posibles riesgos en el camino público "para peóns, vehículos que transitan por este vial e ás propiedades lindeiras".

Esta es la única carballeira de costa que queda en la parroquia de Tirán, después de que el anterior ejecutivo local autorizase, en noviembre de 2011, la tala de 6 hectáreas del monte de O Ramil, en el que se encontraban especies foráneas como eucaliptos, pero también carballos.

Esta tala masiva, entre las instalaciones del supermercado Lidl y la línea de costa, habían generado protestas entre la oposición e incluso por parte de la Asociación de Veciños de Tirán.