Un grupo de mayores, vecinos de Darbo, principalmente mujeres, acudieron ayer a intentar cortar la rama del centenario pino manso que cayó sobre la capilla de San Roque en el primer gran temporal del año. Con una sierra mecánica consiguieron solo cortar una pequeña parte de la gran rama que aplasta el tejado de la capilla de San Roque. Comprobaron que se precisaban otros medios más sofisticados para retirar la gran rama del templo y la sacristana, María del Carmen Sa Fernández confesó que el cura Juan Pego había contratado a una empresa especializada para que el lunes comenzaran los trabajos de tala. Relata la sacristana de la capilla de San Roque, que es la encargada de guardar las llaves del templo, que el párroco decidió tomar cartas sobre el asunto porque nadie lo hacia. Incluso asegura que es el cura quien va a pagar la tala. Aprovecharon también la oportunidad para retirar todos los bancos que había en la capilla y pasarlos a otra más pequeña sita en las inmediaciones. También mencionaron que tres días después de que cayera la rama un grupo de vecinas, entre ellas la sacristana, acompañó al párroco, que procedió a retirar las imágenes que allí había, como el Corazón de Jesús o la Virgen de Fátima. "Nos non nos atreviamos, tiñamos medo, pero él entrou a coller as imáxenes", manifiesta la sacristana.

Tanto los vecinos como el cura de Aldán entraron en la iglesia haciendo caso omiso a las señales de peligro puestas por el Concello de Cangas, que había vallado el recinto para que nadie entrara ya que existe serio peligro de derrumbe.

Un grupo de mujeres de Darbo acudió ayer por la mañana al Concello a pedir al alcalde que retirara las vallas de protección porque iban a ir por la tarde a comenzar a talar la gruesa rama del centenario pino manso. Se encontraron con que el alcalde estaba en Madrid y que la concejala de Obras y servicios, Mercedes Giráldez (BNG), tenía una reunión con el comité de empresa y la junta de personal. Pero dejaron constancia de su visita y anunciaron su propósito. La edil era escéptica. Pensaba que la amenaza de que iban a entrar en el recinto vallado para podar la rama no iba en serio, sobre todo porque el Concello de Cangas no tenía noticias ninguna ni del Arzobispado de Santiago de Compostela ni de Patrimonio. Pero se equivocó. Tras conocer la situación mostró su perplejidad por el hecho de entrar en un recinto vallado, con el peligro que existe de derrumbe del templo. "Puxeron en perigo a súa propia vida. No entendo", manifiesta Mercedes Giráldez que insiste en que no le consta ninguna comunicación de la Iglesia, ni del plan de seguridad que tiene que existir.

También mostró su extrañeza el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, (ACE) cuando por la tarde, ya de regreso de su viaje a Madrid, se enteró de lo sucedido. "É certo que a nos a Iglesia non nos ten que comunicar nada. O mellor Patrimonio xa lle deu permiso ao Arzobispado de Santiago, pero no Concello non temos constancia ainda". De todas formas considera que hubo un riesgo por parte de los vecinos de adentrarse en un templo sobre el que existe la amenaza de que se derrumbe el tejado.