Mientras que en Cangas el alcalde y el concejal de Cultura, Xosé Manuel Pazos (ACE) y Héitor Mera (BNG), respectivamente, se encargaron de encender al unísono el alumbrado de Navidad, en Moaña fue un niño quien apretó el botón mágico. Eran las 19.00 horas cuando ambas villas se encendieron en medio de la expectación de cientos de niños y mayores que se congregaron en las plazas donde están situados los consistorios. Este año destaca la animación del acto. La organización de Cangas y la de Moaña se esforzaron por atraer a espectadores al acto.

En Cangas se contrató una asociación, la denominada Illa dos Ratos, para motivar a los más pequeños, que llegaban encantados de la mano de sus padres a la Praza do Concello. Tuvo poco eco la llamada del departamento de Cultura para que los que asistentes acudieran con el clásico gorro de Papá Noel o algún elemento navideño. Fueron los miembros de este colectivo quienes solicitaron al público que corease una marcha atrás para el encendido de Navidad, que fue perfectamente seguida por los esos locos bajitos que estos días no paran, pendientes de todo lo que ocurre a su alrededor. En el alumbrado navideño de Cangas reina, sobre todo, el color azul de los arcos de luz. El azul luminoso de la arteria principal de la villa contrastaba con el azul más oscuro del mar de Cangas, en silencio, donde las luces se reflejaban. Tan pronto se encendieron la luces hubo lanzamiento de confeti al aire por parte de los asistentes. Nadie quedó a salvo de esta lluvia de papeles de colores.

El público en Moaña fue más partícipe que en Cangas. Antes del encendido ya había música navideña a cargo de los niños de la Escuela de Música de Moaña, que pusieron el ambiente que se necesitaba para un acto semejante. Y si en Cangas tiraron caramelos para los pequeños, en Moaña trataron de evitar esta imagen de peleas en el suelo repartiendo los caramelos en las manos de cada niño. Y si en Cangas al apretar el mágico botón se iluminó todo el alumbrado público instalado, en Moaña solo el silueteado del consistorio , el hórreo que está en la plaza y la pirámide situada en la rotonda de las inmediaciones. Maravilló ese árbol en tres dimensiones situado en las inmediaciones de la plaza de abastos, de 15 metros de alto. En Moaña el alumbrado llegó a más barrios y calles que el ñasoado año. Pero hay que reconocer que los niños de la Escuela de Música de Moaña encandilaron al público asistente, mostrando una imagen navideña del mismo calado que el alumbrado, que este año, en el concello que gobierna el bipartito BNG-PSOE , se gastaron 13.000 euros el hacer que la noche brille un poco más por estas fechas.

O Morrazo ya está completamente preparado para la Navidad. Ya sus calles están engalanadas con luces de colores, pero aún no se escuchan los villancicos por la megafonía exterior. Tanto en Cangas, como en Moaña y en Bueu se aprecia un mayor interés por esta fecha del encendido del alumbrado. Cada vez hay más gente dispuesta a acudir a un acto que también llega del otro lado del Atlántico. Pero los niños de O Morrazo pueden estar contentos. No solo tendrán la visita de Papá Noel y la de los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, sino también la del Apalpador. Todos ellos cargados de regalos y de infinitas historias, se supone. Antes solo existían los Reyes Magos.