Siempre que hay luna, los marineros dicen que la centolla se esconde y no cae en los aparejos como cuando no la hay, y ayer no se tuvo en cuenta la luna más grande de los últmos 70 años para abrir la veda de este crustáceo que, si cabe, se escondió todavía mucho más debido también a la falta de temporales y el mar manso. Las lonjas estuvieron casi vacías de centolla en el primer día de la campaña, en una imagen inusual, aunque los precios acompañaron y la escasez hizo que en las subastas el máximo llegara a los 23 euros en Bueu y a los 21,90 en Cangas, bastante más que los alcanzados en la apertura del año pasado, que fueron de 14,40 y 17,90, respectivamente. El precio medio en Cangas fue de 16 euros y el mínimo de 6, aunque apenas 4 piezas se vendieron a este valor. Los precios altos fueron consecuencia de la escasa cantidad del crustáceo. No hicieron falta las mesas habituales en la lonja de Cangas, en donde sólo salieron a puja 201 kilos. Un poco más -224 kilos- se subastaron en Bueu. El año pasado fueron 697 kilos en Cangas y 520 en Bueu.

Sabiendo que la luna afecta tanto a las capturas de centolla, ¿por qué se abre la veda en el día de más luna? En la lonja de Cangas había quien aseguraba que la culpa la tienen los del norte: "Cuando ya estaba firmada la apertura de la campaña para el día 28 de noviembre, las cofradías del norte se opisusieron y la Consellería de Mar consintió. La apertura se adelantó quince días antes, pero nosotros no queríamos", aseguraba un marinero.

En la pantalla digital de la lonja, el primer comprador paraba el marcador para comprar el crustáceo a 21,90 euros. El representante de la empresa Viveros Vigo, Argentino Pires, se reservó así ser el primero en elegir las mejores piezas, pero no faltaba quien, de fondo, inssitía en que lac entolla de este año no está bien.

Argentino Pires se llevó unos 70 kilos y bastante satisfecho: "Para ser principio de temporada, está bastante bien de precio, aunque el producto escasea", aseguraba después de elegir, una a una, las piezas. No tuvo dudas para elegir las mejores y cuando le asaltó algunaque la vena no aclaraba, recurrió al método, heredado de generación en generación, de morder la uña del animal: "Si está dura, está buena".

En Cangas salieron a faenar sólo media docena de barcos, de la veintena con licencia para centolla. Los marineros ya contaban con que el inicio de la campaña iba a ser malo y muchos optaron por seguir con otras artes como la del pulpo, que ayer se descargó en cantidad o la nécora. Los "ojeadores" del mar ya habían anunciado que había poca centolla este año: "Ellos lo saben porque estos días atrás no caían en las redes como otros años. Los aparejos venían limpios de centolla y eso es síntoma de que no hay".

Uno de los primeros barcos con centolla en llegar a Cangas, cerca de las dos de la tarde,fue el "Siempre Pepita", con tres tripulantes a bordo: Óscar Costas, su patrón; su hermano Ediberto y otro marinero más. Largaron 95 miños -cada red tiene 50 metros- y sólo cogieron 50 kilos, cuando el año pasado abrieron la veda con 135 kilos (El cupo máximo es de 35 kilos/día por barco más 35 por cada tripulante enrolado y a bordo): "Es una vergüenza, con esto no alimentamos a la familia", aseguraba Ediberto.La mayoría de la centolla que cogieron procede de Cabo Home. El patrón reconoce que sólo cogieron 50 kilos porque en el mar no hay más y añade que este año "es un fracaso y quien quieracentolla tendrá que pagar más por ella".

Aambos hermanos sabían que la "luna más grande del mundo y el mar en calma,le iba a afectar al crustáceo. Mientras descargaban las centollas del barco a los cestos, en la rampa del muelle de Cangas, Ediberto movía la cabeza: "La centolla no está buena".

Al lado, varios marineros jubilados que acostumbran a ir todas las mañanas al muelle, no perdían detalle de la descarga del marisco. José, jubilado de altura, reconoce que él no sabe mucho de esta pesquería "pero me gusta venir al muelle a ver que se peca. A los marineros nos gusta ver lo que se pesca en el mar aunque estemos jubilados".

Alberto Bouzón y Luis Rial llegaban media hora más tarde al muelle de Cangas tras recoger los 30 trasmallos que aseguran largaron por toda la ría. Volvieron a puerto, desde las seis de la mañana en el mar, con 80 kilos de centolla: "¡Muy poca!", exclamaba Luis Rial, mientras mostraba dos grandes piezas, que no por el tamaño quiere decir que sean las mejores. Las más pequeñas tienen mejor fama, coinciden los marineros mientras revisan las venas de los crustáceos, adelantándose a lo que luego harían los compradores.

En medio de los barcos, la lancha del marisqueo a flote, "Nueva América"llegaba con la vara al muelle. A bordo iba una tripulación variopinta con Pepe Costa García como patrón; José Manuel Coya, ayudando y los músicos Vituco Neira, del grupo Ruxe Ruxe; y Serxio Regos García, un cantante de Ordes cuyo nombre artístico es García M.c. L.os cuatro permanecieron durante toda la mañana en la zona de Rodeira grabandodo un vídeo para la reedición especial de un disco de García que será homenaje a Xosé Reigosa, miembro, ya desaparecido, de la Plataforma Salvemos Monteferro, por su trabajo de defensa de la ría.

La lonja de Cangas era un ir y venir de marineros descargando también pescado variado para la subasta de las cuatro de la tarde, que empezó, antes que la centolla, con la de un bogavante por el que se pagaron 25,10 euros.

Hubo marineros que ayer no vendieron en la lonja de Cangas, a la espera de la subasta en la de Vigo, que estaba prevista para hoy a las cinco de la madrugada,por si los precios fueran mejores.