Le gustaba tanto pescar, que muchas veces reconocía que su muerte iba a ser en el mar, aseguran en Cangas personas del entorno familiar de Florentino Martínez López, marinero jubilado de 86 años, que falleció ayer en el naufragio de su planeadora "Virgen do Mar III", de unos 5 metros de eslora, cuando por la mañana faenaba solo, al pulpo y pescado variado, en el islote de Agoeiro, al sur de las islas Cíes. Se trata del fatídico islote en el que ocho meses antes enc"ontraron la muerte los marineros del "Látigo", el vigués Borja Alonso; y Filipe Brito, éste último de Portugal, cuyos cuerpos nunca aparecieron. Precisamente, uno de los nietos de Florentino, Raúl Lagoa, fue quien se salvó en mayo en el naufragio de la planeadora "Rebeca" , en la Costa da Vela, en el que murió el marinero de Cangas, Marcelo Santos.

La lancha de Florentino Martínez apareció volcada, con la quilla al sol, y a unos 200 metros su cuerpo flotando, muy cerca del islote. Las primeras hipótesis apuntan a que el marinero pudo sufrir un infarto y que la embarcación derivara hasta la rompiente de Agoeiro y volcara por una ola. El mar dentro de la ría estaba en calma, aunque en el entorno del islote estaba más agitado.

Florentino Martínez era natural de la isla de Ons, emigró a Uruguay tras quedar huérfano (eran 18 hermanos), conoció a su mujer Virginia Otero, trabajó de cristalero y en este país nacieron sus cinco hijos. Hace 24 años retornó con la familia y se asentó en Cangas, en donde residía en la rúa Enseñanza, en el barrio de Nazaret. Era conocido como "Florentino el pescador" por su fama de buen pescador de pulpo. "Cuando ningún barco pescaba, él siempre lo hacía. Nunca regresaba a casa sin pesca", aseguraban ayer familiares en su recuerdo.

Haz clic para ampliar el gráfico

Su nieto José Lagoa, que ayer por la mañana pescaba lubina en el entorno de Cíes, le había visto en las inmediaciones de Agoeiro, por eso que cuando en tierra empezó a extenderse el rumor de que hubo un naufragio con un fallecido, nunca creyó que fuera su abuelo. El propio hijo de Florentino, tras comprobar que su padre no regresaba a las cuatro para comer, y ante las noticias de que la "Salvamar Mirach" trasladaba el cadáver a Vigo de un naufragio en Agoeiro, se desplazó hasta la ciudad olívica por si se trataba de su padre. Allí confirmó los malos presagios.

El naufragio ocurrió sobre las 14.30 horas. La alerta la dio el barco de recreo "Cargal" que indicó a Salvamento que había una embarcación volcada, con la quilla al sol, al sur de Agoeiro. Desde Salvamento se movilizó a la lancha "Salvamar Mirach", con base en Cangas; y al helicóptero "Pesca I". Al llegar al lugar se encontraron con la embarcación volcada, a pocos metros de las rocas del islote y el cuerpo sin vida del marinero a unos 200 metros, flotando.

La "Salvamar Mirach" trasladó la embarcación y el cadáver del marinero hasta el puerto de Vgo en donde fue trasladado al Hospital Nicolás Peña para la autopsia. El cuerpo no presentaba golpes, según el testimonio familiar; y la lancha tampoco tenía muchos destrozos.

Su muerte ha causado una gran conmoción en Cangas en donde Florentino Martínez era uno de los socios fundadores de la Asociación de Séptima Lista, que aglutina a marineros jubilados y aficionados. Su nieta Rosana Lagoa recuerda lo buena persona que era su abuelo y el cariño que siempre tuvo por su abuela, a la que cuidó hasta su muerte debido a una enfermedad. Él era viudo desde hacía 7 años. "Cuando ella tenía que ingresar en el hospital por su diabetes, él lo hacía con ella. Por mi abuela era adoración". Reconoce que su abuelo murió donde él quiso, en el mar: "Era valiente y no le tenía miedo al mar".

El patrón mayor de Cangas, Francisco Javier Costa asegura que Florentino Martínez era un marinero jubilado muy activo, que salía casi a diario al mar. Lamenta esta pérdida y se inclina a pensar más que Florentino Martínez murió por un desvanecimiento cuando faenaba en la embarcación ya que quienes le vieron aseguran que estaba trabajando en una zona sin peligro, sin piedras de fondo, no en una zona de golpe de mar.