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Una moañesa en el negocio de los caramelos

Asunción Pérez "Choncha", que falleció con 85 años, vendía "chuches" con su carro por todas las ferias locales

Con su marido Manuel Sequeiros. // Archivo familiar

"Choncha, un día nos tiene que contar su historia" le decían cuando acudía al Concello. Pero Asunción Pérez Rodríguez "Choncha de Leta" dejó un buen día de acudir, se fue casi sin avisar. Una bronquitis complicada acabó con su vida el pasado 9 de marzo, a la edad de 85 años, y con ella se va una parte de la historia de Moaña, la de aquellos niños -hoy ya adultos- que probaron las primeras golosinas compradas en su carro de caramelos con el que recorría todas las ferias de Moaña, desde los Remedios, a Tirán, San Pedro, San Benito, Bronlle, el Carmen o San Martiño, y con el que mantuvo un patrimonio. Últimamente no dejaba de acudir al Concello, siempre con su pañuelo en la cabeza y esa mirada perdida que le dejó de niña una enfermedad en uno de sus ojos. Pedía solución a un problema, siempre con empeño, con el mismo que demostró a lo largo de su vida para el negocio. "Le gustaba el negocio", recuerdan sus hijos María Gloria, Carlos y Asunción "Susi" Sequeiros Pérez.

"Choncha" era tan popular en Moaña que a su puesto de caramelos le llamaban El Corte Inglés. Con su carro recorría todas las ferias de Moaña y con ella iban sus tres hijos, que le ayudaban a trabajar: "Sólo íbamos sin trabajar a las Fiestas del Cristo de Cangas, eran las únicas en las que no vendía", recuerda Susi.

La vena por el negocio le vino a "Choncha" de familia. Su padre Eduardo Pérez, al que todos conocían como "Leta", fue marinero, armador del "Ave del Mar", empresario de cine y empresario de un hotel, en el conocido edificio Arenas, que todavía sigue en pie frente a A Xunqueira, reconvertido en viviendas. Fue en el Cine Prado, que abrió su padre en los años 50,en un edificio con elementos señoriales, del que ya no quedan restos, donde empezó "Choncha" a trabajar. Ya estaba casada con Manuel Sequeiros. El cine se vendió en torno a los años 80 y en su lugar se levantó un edificio de viviendas que alberga un supermercado en el bajo, frente a donde hoy se construye el paseo de Seara. Ahí empezó ella el negocio de los caramelos, en la cantina del cine. Había dos locales, recuerda su hija Gloria: "En uno estaba ella y en el otro su hermana Maruja. Eran las cantinas para los intermedios"., aunque con posterioridad se abriría una puerta a la calle para vender. Dos años más tarde, el padre de "Choncha" abriría el Cine Galaxia en Cangas.

Sus tres hijos se criaron en aquella cantina, aseguran al recordar a su madre que empezó a vender por las ferias cuando se lo propuso María Ferrolana, una mujer que vendía con un tren asador de castañas: Construyó una mesa de madera, rectangular y con un alambre para que los niños no metieran las manos y se llevaran los caramelos. Además de dulces y galletas, llegó a vender helados, primero con una barra de hielo que llevaba en el carro y después portando un aerogenerador. No había fiesta sin "Choncha". Cuando ella llegaba salían los niños de todas partes.

Esta mujer también trabajó en el ultramarinos con su tía Pepa con la que vivió desde niña debido a la desgracia que tuvo de perder a su hija. En el bajo de la vivienda abrió con su marido un ultramarinos-taberna, en el que se hacía el "changui" o reparto del quiñón de la pesca de los armadores; después sería el Refugio y continuó como Bar Sirena. Aquel edificio se vendió, pero "Choncha" quiso seguir con el negocio y abrió el Bar Xardín, que sigue en activo con su nieta Melania Pena Sequeiros, hija de Susi. La vena por la hostelería la sigue también el hijón varón de "Choncha", Carlos, que además de una agencia de publicidad regenta el mesón Xebre, en Castrelos, en Vigo, la misma ciudad donde esta mujer se suministraba de los caramelos y galletas

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