El inicio ayer de las obras del colector de pluviales en el cruce de las calles Johán Carballeira y la avenida Montero Ríos, en Bueu, para poner fin a los problemas de inundaciones, era una prueba de fuego para el gobierno local que estableció un amplio dispositivo de tráfico con el fin de hacer compatible estas obras con el mercadillo, que en la localdiad se celebra los lunes y jueves, y la circulación rodada. Incluía el cierre de un tramo de la principal avenida de Bueu, en donde se abrió una zanja para meter los colectores en dirección hacia el mar; se desvió el tráfico del frente marítimo por detrás de la plaza de abastos, se trasladó parte del mercadillo a la calle cortada de Montero Ríos y también la parada de taxis ubicada normalemnte delante del Mujseo a la zona entre la taberna de La Viuda y la panadería Amador. La prueba de fuego resultó un éxito, según el concejal de Obras y Servicios, Fique dice que recibieron comentarios a favor de la ubicación actual de los puestos de la feria. "La ciudadanía nos comentó que le gustaba cómo estaba el mercadillo de hoy (por ayer), señala el regidor. Hubo lógicamente conductores que se quejaron de los problemas para circular en un día que coincidió con mercadillo.

El concejal de Obras, Fidel castro, que estuvo atento desde primera hora de la mañana de la marcha de las obras, asegura que los trabajos se desarrollaron con normalidad y agradece a los vendedores ambulantes y a los vendedores de la plaza por la buena colaboración y que no se sintieran perjudicados. Fidel Castro destaca también que para estos buenos resultados de organización fue fundamental el trabajo que desarrolló el encargado del mercadillo, José Pedro Fernández, que marcó la distribución de todos los puostos sobre la calle, de tal manera que cuando a primera hora de la mañana llegaron los vendedores ya tenían los lugares asignados y perfectamente delimitados.

En cuanto al tráfico, era un reto, ya que se cortó la principal arteria viaria del casco urbano de Bueu que aglutina la gran actividad económica y social, en donde se encuentra la plaza de abastos, la lonja, el Centro Social do Mar o el Museo Massó.Castro señala que el tráfico ya se desviaba desde el comienzo de Montero Ríos en el cruce con la avenida Marín en donde se estableció la prohibición para vehículos de más de 5,5 toneladas de peso. Señala que no hubo problemas de tráfico, que se esperaba la llegada de un autobús de un colegio al Museo y accedió sin problemas a la zona del estacionamiento frente al supermercado Froiz a tavés del desvío por Johán Carballeira. El plan de tráfico establece la prohibición a los autobuses de acceder a Montero Ríos por Pescadoira y hacerlo por Carballeira.

El concejal sostiene que las obras del colector pueden prolongarse durante tres semanas aunque hoy confía en que la zanja quede hormigonada y pueda reabrirse la circulación en Montero Ríos. La restricción de aparcar permanecerá el tiempo que duren las obras en el tramo de Montero Ríos, entre las calles Johán Carballeira y Kayrel.

Desde la Asociación ecologista Andruiña pedían ayer que el Concello extremara la preocupación para qeu las obras del coelctor no dañen el centenarioñárbol conocido como pino de Massó. El representante de la agrupación Suso Framil asegura que si el hormigón toca la raíz es como un veneno y mataría este precioso ejemplar de pino de Monterrey. El concejal Fidel Castro asegura qeu "desde luego se han adoptado medidas y que el relleno en el entorno se hará con arena, no tocará el cemento".