"Serían las once y media de la mañana. Estábamos en la huerta de casa y sentimos un gran estruendo. Pensamos que era de los contenedores pero enseguida comprobamos que el tejado de la capilla se había desplomado", relata una vecina de A Pedreira que llamó de inmediato a la Policía Local y a la Guardia Civil para advertir de lo sucedido y comprobar que nadie quedara atrapado, como corroboraron los Bombeiros do Morrazo y Protección Civil. "Foi unha sorte, porque pola mañá estivo alí o párroco [Benito de la Iglesia] para deixar a imaxe dun santo recén restaurada", aseguraba un residente, mientras directivos de la asociación de vecinos Santo Domingo recordaban que a última hora de la tarde anterior se había oficiado un funeral con decenas de asistentes. "Foi un milagre. Se chega a caír durante a misa, hoxe estariamos lamentando unha desgracia", opinaba otra de las personas que contemplaba el inmueble semiderruido mientras efectivos de emergencias procedían a vallar el entorno, pues la estructura está muy debilitada y corre serio riesgo de derrumbe.

En las últimas semanas, algunos feligreses habían tildado de catastrofistas a los dirigentes de la asociación que denunciaron, a través de FARO, el peligro de derrumbe tras caer varios cascotes en el interior y aparecer grietas en los muros de piedra, por lo que instaron a la Iglesia y al Concello de Cangas a tomar cartas en el asunto. Desde la institución municipal aseguran que lo comunicaron a la Iglesia y a Patrimonio, aunque los oficios religiosos han seguido celebrándose sin alteraciones, con misas los domingos y funerales los días convenidos. Ayer, el techo del templo se derrumbó completamente, quedando las imágenes de los santos a cielo abierto, y el resto de la estructura amenaza desplome. El alcalde firmó una resolución instando al párroco a tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad en la zona, advirtiéndole que si no lo hace se le aplicarán multas coercitivas de 300 a 6.000 euros, lo ejecutará el Concello y le pasará los gastos.

Parte de la estructura de la capilla se derrumbó sobre un circundado colindante por la fachada sur, donde los muros laterales que permanecen en pie presentan serios daños con piedras desplazadas, lo que hace temer a los técnicos que también puedan desplomarse. El arquitecto y la aparejadora municipales se personaron en el lugar acompañando a la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, para valorar los daños. La edil comunicó que desde el Concello se pusieron en contacto con el párroco de Coiro -que figura como propietario- y le trasladó una orden de ejecución para que se tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad en la vía pública.

La resolución firmada por el alcalde, Xosé Manuel Pazos, advierte que se deben instalar redes y andamios de protección para evitar desprendimientos y desmontar las cornisas y partes de las fachadas que queden inestables. Además, deberá presentar un proyecto de obras de conservación y saneamiento de la capilla, con el aval de técnicos cualificados, y tramitar los informes sectoriales para acometer las obras. El regidor reitera que si no siguen estas instrucciones se impondrán multas económicas hasta lograr la ejecución de los trabajos y que el cura dispone de diez días hábiles para presentar alegaciones.

El informe del arquitecto municipal también fue remitido a la Dirección Xeral de Patrimonio para que tenga constancia de los hechos, explica Mercedes Giráldez, y recuerda que en el año 2013 desde el Concello se envió un requerimiento por el precario estado del inmueble. Un riesgo del que advertían muchos vecinos que ahora se felicitan de que sus augurios no se hayan traducido en víctimas.