El corte de troncos siempre fue un deporte popular muy seguido en Moaña, motivo por el cual hace décadas era común que locales y foráneos exhibiesen su fuerza y habilidad cortando troncos en ferias y eventos de todo tipo. Durante la festividad de San Isidro Labrador, el 15 de mayo, los espectáculos de leñadores y tronzadores eran una constante y atraían a mucho público. Después de 47 años sin que estas escenas se repitiesen en la villa, la Xunta de Montes de Moaña recuperó esta tradición. En principio la empezó a celebrar en agosto y en las últimas ediciones se fue retrasando a junio.

Hasta 22 años consecutivos subieron los leñadores al Monte do Outeiro-O Cruceiro para convertirse en los protagonistas de esta particular romería. Los menos dados a los grandes esfuerzos físicos competían entre sí en otros juegos tradicionales como la petanca y el tiro á chave. La gastronomía siempre fue un componente esencial y los participantes luchaban por premios como jamones, paletas, ristras de chorizos o botellas de vino.

Cuando la participación empezó a decaer comenzaron los cambios de fecha, pues el calor de agosto no atraía a la gente al monte. Los comuneros, que invierten en cada edición entre 3.000 y 6.000 euros, tomaron ahora la decisión de poner fin a este evento después de más de dos décadas en las que incluso estuvo a punto de ser declarada Festa de Interese Turístico. Actividades paralelas de música y baile tradicional terminaban de darle color a las jornadas de monte.

En su última edición, la de 2015, la Romaría do Leñador contó con una escasa participación. Apenas tres parejas de tronzadores, por ejemplo, demostraron su destreza. En la tala individual fueron 6 los participantes. Desde hace varias ediciones se abrió la puerta a la competición femenina, pero el éxito tampoco fue excesivo. El año pasado apenas participaron dos parejas de tronzadoras.

Todo apunta a que la tala de troncos dejará de ser una disciplina de exhibición en Moaña, al menos durante un tiempo. El intento de la Comunidade de Montes por que la Xunta de Galicia declarase el evento Festa de Interese Turístico buscaba revitalizar la fiesta y atraer a más gente, incluso a interesados en los deportes tradicionales de otros municipios. La Consellería de Cultura e Turismo rechazó en 2010 aquella solicitud en una reunión de la Comisión de Valoración de Festas de Galicia. Los organizadores esperaban que esta figura protegiese una fiesta singular y una mayor promoción impulsase la participación de la gente.

El revés de la Xunta hizo que los propios comuneros meditasen ya en 2011 poner fin a la celebración. Desde Cultura esgrimieron varias razones como la capacidad limitada de atracción de visitantes que tenía el evento. Tanto las actividades que centraban la fiesta como sus características geográficas, en la parte alta de Moaña y lejos del centro, hicieron que la Xunta tomase esta decisión en aquel momento.

La Romaría do Leñador se convierte así en otra fiesta tradicional de Moaña que echa el cierre, tras la desaparición en 2011 de la Festa da Chuleta.