La primera reunión de Xosé Manuel Pazos como alcalde de Cangas con los trabajadores del Concello sirvió para confirmarle que la situación económica no es boyante y tampoco halagüeñas las expectativas, porque desde el próximo ejercicio la institución tendrá que hacer frente al pago de la deuda con el Estado que le obligará a un desembolso anual de alrededor de 2,5 millones de euros, que habrá que cargar en el presupuesto. Con todo, los salarios del personal, incluyendo las pagas extras, están garantizadas, según el regidor, que también les comunicó el pago inmediato -la próxima semana- de algo más de la cuarta parte de la paga extra que se les suprimió en 2012 por mandato del Gobierno central. Pero Pazos también les pidió un mayor esfuerzo para mejorar el servicio a los ciudadanos y les comunicó que deberán prestarlo sin reforzar la plantilla, pues el plan de ajuste obliga al Concello a no contratar personal, ni siquiera para cubrir bajas o jubilaciones, hasta el año 2022, por lo que las vacantes se paliarán con "maior mobilidade interna", trasladando personal entre departamentos para garantizar el servicio.

La reunión comenzó a las ocho y media de la mañana y fue breve y cordial, según las partes, aunque matizan que se trató de una "primera toma de contacto", de apenas media hora, cuyos asuntos habrá que concretar y madurar. El alcalde reconoce que la media de edad de la plantilla es elevada y que se avecinan jubilaciones, pero la institución municipal no está en condiciones de cubrirlas con otros trabajadores, lo que obliga a una reorganización del trabajo con los que hay. El personal entiende la situación y no se opone frontalmente a la fórmula del tripartito, aunque quiere que se concreten esos cambios para que no se vulneren sus derechos.

La elaboración de los presupuestos, en los que ya trabajan los departamentos económicos del Concello con el fin de poder aprobarlos antes de que termine el año y de que puedan entrar el vigor el 1 de enero, ayudará a clarificar algunos de esos aspectos. Pero lo más inmediato de lo tratado en la reunión de ayer es el pago de una parte de la extraordinaria de Navidad de 2012, algo más de un 26% que se abonará "nos próximos días, antes da paga do salario de outubro", anunciaron ambas partes. Aún quedará pendientes esos atrasos, que podrían liquidarse a lo largo del ejercicio de 2016, aunque ayer no se adelantó nada al respecto.

En el capítulo de sacrificios, la mayoría se centran en dar pasos para mejorar la relación de la Administración municipal con los ciudadanos y los servicios que presta. La asistencia al Concello en los días de trabajo y el cumplimiento de horarios son condiciones básicas de partida, y aunque el alcalde asegura que "a gran maioría cumpre", también se manejan algunos casos de incumplimiento que se quieren atajar, porque "son obrigas que teñen que cumprir todos", avisa Pazos.

La misma diligencia se exige desde el ejecutivo cangués a la hora de solicitar y disfrutar los días libres, de asuntos propios y moscosos, que deberán demandarse con suficiente antelación ("agás as urxencias, loxicamente) y siguiendo el régimen establecido para evitar que los respectivos departamentos queden desasistidos. De lo que se trata es de mejorar la organización y que cada trabajador atienda su cometido durante el tiempo y en las condiciones establecidas, señalan los representantes.

Al encuentro de ayer asistieron "a maioría" de los trabajadores de una plantilla que se acerca a los 200 efectivos, entre funcionarios, personal laboral y contratados temporales a través de diferentes programas de actuación. Desde su llegada a la Alcaldía de Cangas, Xosé Manuel Pazos ya se reunió también con los portavoces de la junta de personal y el comité de empresa para canalizar sus demandas y apuesta por mantener el diálogo "en beneficio de todos".