La profesora de la Universidad de Vigo y experta en micología Marisa Castro fue la encargada de dar continuidad ayer a la decimoséptima edición de las Xornadas Micolóxicas que se desarrollan en el Centro Social do Mar organizadas por la Asociación Liboreiro de Bueu. El aprovechamiento de las setas en los montes gallegos fue la temática de su disertación.
- ¿Cómo ha estructurado su charla?
- He previsto dos partes. En una primera he hecho una introducción larga sobre ecología y las diferentes especies micológicas y en la segunda he hablado del aprovechamiento que creo que se puede hacer por parte tanto de las comunidades de montes como de los propietarios en general. Hay que sacarles partido y ésa es la idea.
- ¿Y es algo rentable?
- Entiendo que sí, desde el punto de vista de la recogida directa y venta. Se mueven muchos millones de euros en toda Galicia con las setas, y como ejemplo hay una empresa de Ourense que me hablaba de que facturaba unos 20 millones al año. Yo hice un cálculo aproximado y en un pinar de unas 10 hectáreas se pueden generar unos 15.000 euros. También hay que ver el punto de vista de la recogida indirecta, a través de permisos. Se establece un permiso diario o de fin de semana, con unas normas y eso implica que esas personas consuman en los locales de la zona, se alojen, o incluso se pueda crear una infrestructura con guías y demás.
- Y eso que fuera del gastronómico no se conocen demasiado todos los usos que se les pueden dar a los hongos.
- Sí, aquí podríamos darles muchísimos, desde la artesanía, que generaría plusvalía, a la elaboración de adornos, teñidos, etcétera. Estamos en pañales porque en Galicia nunca hubo interés y la legislación tampoco ayudaba.
- Una legislación necesaria, quizá no tanto en Galicia donde todavía no se había producido una sobreexplotación.
- Sí, pero en Galicia había que poner los medios necesarios para evitar lo que ocurría en otras zonas. Si damos la oportunidad de aprovechar los recursos, después podemos reinventar el monte.
- Haría falta un sello de calidad para poner en valor ese producto?
- Sí, sería bueno, pero nos falta un poco más, porque implicaría un mayor control, más infraestructuras y eso es de momento difícil. Hablamos de invertir y cuando hay dinero de por medio es complicado. Castilla León, por ejemplo, nos lleva 15 años de ventaja. Están en la red europea y a punto de conseguir el sello de calidad.
- ¿Es una salida económica valorizar productos como las algas o las setas, que estaban minusvalorados?
- Son similares en eso, pero el problema es que el monte es muy extenso, con muchos propietarios, y chocas con quienes han recogido toda la vida.
