El gobierno municipal de Moaña ultima la que sería la primera ordenanza integral de seguridad y convivencia ciudadana del municipio. La normativa tiene por objetivo prevenir cualquier actuación que perturbe la convivencia en el espacio público y garantizar que los ciudadanos puedan desarrollar en libertad sus actividades de libre circulación, ocio y recreo con pleno respeto a la dignidad y los derechos de los demás. Regula y pone coto a actividades como el ruido nocturno, el botellón, el destrozo de mobiliario público, las pintadas en fachadas o la publicidad sin permiso municipal. Actitudes racistas o sexistas, así como de maltrato animal, también quedan prohibidas expresamente en esta normativa. Las sanciones por casos considerados muy graves irán entre los 1.500 y los 3.000 euros. Hasta los 500 o los 750 euros de multa se podrán imponer para las actuaciones contrarias a la convivencia de menor entidad. Eso sí, en todos los capítulos se contempla el aviso previo por parte de la Policía Local, antes de recurrir a las sanciones económicas.

Entre las prohibiciones se incluyen también comportamientos en espacios privados pero con implicaciones en el paisaje urbano, como el tendido de ropa en balcones, ventanas o fachadas, así como instalar tiestos o elementos peligrosos para los transeúntes. Pintar o ensuciar bienes de la vía pública, tirar panfletos publicitarios o pegar carteles sin autorización son otras de las actividades a las que se pretende poner freno. Las pintadas en fachadas podrían costar hasta 1.500 euros, pero la multa sería mayor si se dañan edificios o elementos considerados patrimonio. Mantener solares o terrenos privados sin limpiar tampoco saldrá gratis.

Botellón

Uno de los aspectos que más polémica generó en los últimos meses se debe al consumo de bebidas alcohólicas en la calle y el ruido nocturno generado en las noches de algunos fines de semana en el centro urbano. Con el objeto de "protexer a saúde pública, respectar o medio ambiente, protexer aos menores e o dereito ao descanso dos veciños", la ordenanza que prepara el ejecutivo local incide en la prohibición de consumir alcohol en la vía pública. Al igual que ocurre en Cangas, también se prohibirá la venta de este tipo de bebidas para su consumo en el exterior, tanto por parte de establecimientos como de máquinas expendedoras, entre las 22.00 y las 8.00 horas cada día.

Se impedirán concentraciones para consumir alcohol en la vía pública sin autorización en horario nocturno y, en caso de que algún evento derive en este tipo de conducta, el responsable sería su organizador.

El Concello se reservará el derecho de declarar determinados espacios públicos como "zonas de especial protección", cuando los ruidos nocturnos generen una gran alteración de la convivencia o se superen los límites de la contaminación acústica. También si se detectan a menores consumiendo alcohol.

Las infracciones muy graves conllevarán multas de hasta 3.000 euros. Otras como timbrar indiscriminadamente en los telefonillos de los edificios u obstruir el acceso a portales o garajes tendrían una multa leve de hasta 750 euros.

Venta ambulante

La venta ambulante sin autorización o el uso impropio de tiendas de campaña o caravanas en espacios públicos podría acarrear sanciones de hasta 500 euros.

El alcalde, José Fervenza, y el departamento de Urbanismo y Medio Ambiente que dirige Susana Varela llevan meses trabajando en esta normativa y pretenden presentársela al resto de grupos en octubre para sacarla delante con el mayor consenso posible. La ordenanza lleva aparejado el compromiso del Concello de impulsar medidas concretas para fomentar el civismo y promover el respeto a la diversidad cultural y religiosa, así como la implicación de colectivos sociales.