"A valoración global é boa, ainda que houbo algunha xente menos que outros anos", reconoce el coordinador de cofradías de Semana Santa de Cangas, Manuel Gil, tras finalizar los principales actos de las celebraciones que terminan hoy, Domingo de Pascua. La socorrida crisis y su repercusión en el turismo estarían detrás deste descenso de participación, que los organizadores consideran coyuntural y confían en remontar en las próximas ediciones, cuando la situación económica mejore. El próximo año puede servir de preámbulo con la mira puesta en 2016, cuando Cangas podría acoger el Congreso de Cofradías de Semana Santa de España y dar un salto cualitativo y cuantitativo en las promoción de las celebraciones religiosas, y también turística, de la localidad morracense.

Aún sin llegar a ser multitudinaria, y con la complicidad de la meteorología, la concurrencia a las cuatro procesiones de ayer fue "numerosa", en palabras de los organizadores. Comenzaron a las seis de la mañana con la Negación de San Pedro, la procesión más reciente y en la que los jóvenes son protagonistas en el traslado de las imágenes por el entorno de la Alameda Vella. Continuaron, a las diez, con una de las representaciones más vistosas, el Santo Encuentro, predicado por el párroco de Beluso, José Antonio Santos, que fue el pregonero este año. Las tallas de San Juan, la Verónica, María Magdalena, María Cleofás o la Virgen de los Dolores fueron llegando desde distintas calles del centro urbano, donde un Jesús Nazareno articulado se cae tres veces. La banda Bellas Artes puso las notas musicales, junto con los tambores de los cofrades.

Por la tarde, a las cinco se celebró el "desenclavo" del Cristo articulado para trasladarlo a una urna de cristal, una representación de gran realismo que pone el prólogo al Santo Entierro, que partió a las siete de la tarde también acompañado por las bandas Bellas Artes y las gaitas de Tromentelo. Esta es la única procesión donde los representantes políticos y de la Guardia Civil. desfilan con la comitiva. Acompañando a las imágenes de Jesús crucificado, el Cristo yacente o la piedad, la primera fila estaba copada por el alcalde, José Enrique Sotelo, y el teniente de la Benemérita, flanqueados por los concejales Berta Pérez y José Luis Gestido. Detrás caminaban otros ediles del gobierno cangués, como Mª Lucía Lede, Rafael Soliño, Dolores Gallego y Francisco Javier Soliño. También asistieron los ediles socialistas Orlando Barreiro y Maise Vilas.

La última procesión religiosa de la Semana Santa de Cangas, la del Silencio, se celebró a medianoche y terminó el sábado de madrugada. Es la más sobrecogedora porque se desarrolla en absoluto silencio, sin protagonismo de la música ni de los tambores de los cofrades, y acompañado del recogimiento de los fieles en actitud de duelo. El horario y el cansancio del público tras un intenso programa menguaron la celebración.

Ayer hubo cultos y vigilia pascual en la excolegiata, y hoy, Domingo de Pascua, se da por cerrado el programa de Semana Santa con una misa matinal, la solemne de Resurrección del Señor, a mediodía, y rosario y misa a las ocho de la tarde.